A mediados de los años 80 y principios de los 90, solo en primero de BUP había hasta ocho aulas con una media de cuarenta alumnos cada una. Mucho antes, en los setenta, empezaban a llegar figuras de relieve de todos los campos de saber, algo que no ha cesado durante toda su vida. Amancio Prada fue uno de ellos, y en una entrevista en La Voz recordaba especialmente esa actuación de 1975. En todo caso, la lista es muy larga, y estos son unos mínimos ejemplos: Tierno Galván, Carballo Calero, Carlos Casares, Fernández del Riego, Ferrín, Fernando Savater, Miro Casabella, Ángel Carracedo, Jorge Mira (ex alumno), el premio nobel de Física Robert Ernst, numerosos catedráticos de las universidades de Santiago y A Coruña... La lista es muy larga, y durante muchos años, casi todas además documentadas. Y todas en un espacio que corre el riesgo de desaparecer si no se toman medidas.
Xan Fraga: «Era como un templo, un ateneo para toda a Costa da Morte»
El historiador, escritor y profesor del Alfredo Brañas (antes, alumno) Xan Fraga, comisario de la muestra sobre los 50 años del centro, asegura que ese salón de actos «era como un templo, un ateneo para a toda a Costa da Morte». Él mismo vio o trajo a figuras destacadas, y recuerda especialmente el «espectacular e multitudinario» acto de Tierno Galván, o a Carballo Calero, que estuvo dos veces. Su idea del 50 aniversario llevaba numerosas actividades a esas butacas y escenario, pero no pudo ser. «Era o gran salón para todos. Por aí pasaron moitas obras de teatro, ciclos de cine, actuacións musicais, mesas redondas, conferencias...». Y festivales de entroido y Navidad, de las Letras, actuaciones de otros centros o asociaciones que lo solicitaban... Todo un mundo para miles de alumnos de buena parte de la Costa da Morte. Y muchos de ellos, de cualquier año, que han tenido la oportunidad de regresar tiempo después de marcharse, siempre coinciden en reconocer el olor de la sala, el mismo, fruto de la humedad, la madera y ese enorme espacio cerrado.