El histórico salón de actos del instituto Alfredo Brañas de Carballo acumula 6 meses de continuo deterioro

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Tierno Galván, Amancio Prada, Carballo Calero, Savater, Ferrín y tantos otros pasaron por estas instalaciones

17 dic 2021 . Actualizado a las 00:21 h.

Pocos salones de actos pueden recibir la consideración de históricos, pero el del instituto Alfredo Brañas de Carballo lo es. Iba a ser epicentro de muchos de los actos de conmemoración del 50 aniversario del centro, que se fue demorando por la pandemia y ahora al menos, ya en el 51, tiene una amplia muestra en la Praza do Concello de Carballo.

Pero ya no es que no se hayan celebrado actos, que obviamente no, sino que el mal estado de esta sala ha obligado a la dirección a cerrarlo desde junio, hace ya seis meses, aunque con las vacaciones de verano por medio. Parte del falso techo está caído (y ha ido a más). Todas las butacas, que son de madera, están afectadas por la polilla, carcomidas, lo mismo que el resto de elementos del mismo material, como es el escenario, que no es precisamente pequeño. Hace tiempo ya se habían cambiado los reposabrazos, muy caros, pero no fue suficiente.

Los daños son aún mayores si se tienen en cuenta inversiones muy potentes en los últimos años, desde el sistema proyector y la pantalla hasta los cortinones. Y también se han incorporado murales artísticos en las paredes.

La dirección del centro comunicó a Educación su estado y solicitó el arreglo, que de momento no ha llegado. El BNG ya anunciado iniciativas parlamentarias para que se habiliten medidas, que incluirían otras en más zonas de un edificio que acusa el ya más de medio siglo de vida.

El Alfredo Brañas fue todo un hito en su momento en Carballo, con la llegada de un salón de actos de casi 500 personas, incluida su parte alta, cuando no había nada, salvo los cines. Pueden parecer muchas plazas, y lo son, pero el centro pasó muchos años de los mil alumnos.

BASILIO BELLO

A mediados de los años 80 y principios de los 90, solo en primero de BUP había hasta ocho aulas con una media de cuarenta alumnos cada una. Mucho antes, en los setenta, empezaban a llegar figuras de relieve de todos los campos de saber, algo que no ha cesado durante toda su vida. Amancio Prada fue uno de ellos, y en una entrevista en La Voz recordaba especialmente esa actuación de 1975. En todo caso, la lista es muy larga, y estos son unos mínimos ejemplos: Tierno Galván, Carballo Calero, Carlos Casares, Fernández del Riego, Ferrín, Fernando Savater, Miro Casabella, Ángel Carracedo, Jorge Mira (ex alumno), el premio nobel de Física Robert Ernst, numerosos catedráticos de las universidades de Santiago y A Coruña... La lista es muy larga, y durante muchos años, casi todas además documentadas. Y todas en un espacio que corre el riesgo de desaparecer si no se toman medidas.

Xan Fraga: «Era como un templo, un ateneo para toda a Costa da Morte»

El historiador, escritor y profesor del Alfredo Brañas (antes, alumno) Xan Fraga, comisario de la muestra sobre los 50 años del centro, asegura que ese salón de actos «era como un templo, un ateneo para a toda a Costa da Morte». Él mismo vio o trajo a figuras destacadas, y recuerda especialmente el «espectacular e multitudinario» acto de Tierno Galván, o a Carballo Calero, que estuvo dos veces. Su idea del 50 aniversario llevaba numerosas actividades a esas butacas y escenario, pero no pudo ser. «Era o gran salón para todos. Por aí pasaron moitas obras de teatro, ciclos de cine, actuacións musicais, mesas redondas, conferencias...». Y festivales de entroido y Navidad, de las Letras, actuaciones de otros centros o asociaciones que lo solicitaban... Todo un mundo para miles de alumnos de buena parte de la Costa da Morte. Y muchos de ellos, de cualquier año, que han tenido la oportunidad de regresar tiempo después de marcharse, siempre coinciden en reconocer el olor de la sala, el mismo, fruto de la humedad, la madera y ese enorme espacio cerrado.