Fran García, Parrocho: «Son un piloto de motocrós frustrado»

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

Atletas del Atlántico | El carballés, jubilado, repasa sus 37 años al frente del Padroado Deportivo Municipal de Carballo

08 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde muy pequeño le gustó el deporte. El atletismo o los juegos autóctonos fueron solo algunos de los que practicó. «Nos estudos non era moi bo e tiña moito tempo para xogar», recuerda entre risas José Francisco García Bello (A Milagrosa-Carballo, 1956), quien es historia viva del Padroado Deportivo Municipal de Carballo, ahora, Carballo Deporte. Este organismo, inicialmente autónomo, echó a andar a finales del año 1983. Apenas unos meses después, en febrero del 1984, Francisco, conocido como Parrocho, se puso al frente como gerente. Treinta y siete años después y recién cumplidos los 65, se jubiló en el pasado mes de mayo.

«Sempre xoguei ó fútbol. Era porteiro. E de aí precisamente venme o alcume, polo gardameta que xogou no Deportivo», cuenta. Fue precisamente este deporte el que le causó, como él mismo describe, «un dos desgustos máis grandes» de su vida. Defendiendo la camiseta del Deportivo Carballo, se lesionó en la pierna derecha, lo que lo apartó de los terrenos de juego, al menos, como deportista. Este contratiempo le truncó, asimismo, su carrera a nivel profesional, ya que aspiraba a aprobar la prueba de acceso al Instituto Nacional de Educación Física (INEF) en Madrid y, de esta manera, ya no pudo volver a presentarse.

Con todo, Francisco siguió formándose en el ámbito del deporte con distintos cursos y títulos hasta lograr un destacado currículo, el mismo que le valió para ser elegido gerente del Padroado. Entrenó, asimismo, a varios equipos de fútbol del municipio como el Bergantiños, el San Lorenzo o el Atlético Milagrosa. «Cando entrei, dixen que viña a traballar, traballar e traballar, e foi o que fixen», comenta. Aún recuerda los inicios «complicados», en los que había «moito traballo» y, prácticamente, solo veía a sus dos hijos, Rubén y Carlos, que también salieron deportistas (este último militó hasta no hace mucho y durante casi una decena de años en la máxima división nacional de balonmano), «á hora de deitarse a durmir».

Los padres y las instalaciones

«Con só un pavillón, que máis ben era unha nave; un campo de fútbol e tres entidades deportivas, que por aquel entón eran o Bergantiños, o Deportivo Carballo, que estaba a piques de desaparecer; e a Asociación Xiria nos seus comezos, había un desafío importante para poder facer un labor grande», relata. «Pero deixáronnos traballar, a min e ao meu equipo, e empezouse a dinamizar todo, coa filosofía de deporte para todos, pero tratando de compatibilizar iso coa competición», añade.

«Creáronse escolas deportivas e, no ano 1985, chegamos a ter oito nas distintas modalidades. Editáronse unha serie de normas para as instalacións que, ó principio, xeraron conflicto, pois, por cuestións pedagóxicas, prohibiuse entrar ós pais nas horas de adestramentos. O tempo deunos a razón. É a maneira de traballar a ensinanza deportiva, pois comprobouse que os rapaces non evolucionaban igual coa presenza dos pais nas gradas», explica.

Ya con el tiempo, fue posible incrementar el personal. Y es que los éxitos fueron llegando. «O programa estrela foi o deporte na escola e a campaña de natación. Participaron todos os colexios do concello de forma totalmente gratuíta, e xuntáronse preto de 2.000 escolares», describe. Carballo también pasó a estar integrado en el secretariado ejecutivo de deportes del Eixo Atlántico y, con más concellos, incluso del norte de Portugal, participó en los juegos que, cada dos años y durante una semana en el mes de julio, servía de «intercambio de comunicación» para centenares de jóvenes.

Por todo este trabajo, la gestión del deporte en la capital de Bergantiños pasó a ser reconocida a nivel gallego. En este sentido, García Bello aún recuerda de forma anecdótica cuando, tras una ponencia en unas jornadas de la Diputación en Ourense, el alcalde del Concello de Avión le preguntó qué podía hacer, ya que tenía un pabellón pero le faltaban los niños, a lo que él le respondió, entre risas, que, en esos menesteres de natalidad, mucho no podía hacer.

En todo este tiempo, Parrocho destaca los tres complejos deportivos construidos -el Vila de Noia, el Carballo Calero y As Eiroas-, que ahora funcionan con unos horarios muy amplios, así como los numerosos cursos de formación que se impartieron. El circuito de motor de Bértoa también fue el resultado de una grande tradición en Carballo, sobre todo, del motocrós, modalidad de la que Fran se confiesa un piloto «frustrado»: «Dende moi pequeno tiven o privilexio de ver a 50 metros da casa probas destacadas desta disciplina e foi algo que sempre me quedou gravado». De la mano del tejido asociativo, lograron traer importantes campeonatos a Bergantiños.

La trayectoria de Parrocho fue premiada recientemente por la Asociación Galega de Xestores Deportivos. Es un mérito más en la larga lista de reconocimientos que acumula.