«Ante el radón no solo se trata de aportar soluciones constructivas, sino de medir si tienen efecto»

Pablo Varela Varela
pablo varela CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Xiao Barrientos, de la empresa ceense Sysdegal
Xiao Barrientos, de la empresa ceense Sysdegal ANA GARCIA

Xiao Barrientos, ingeniero industrial de Sysdegal, participó en una jornada informativa celebrada en Carballo para abordar técnicas que mitiguen el impacto del gas

22 oct 2021 . Actualizado a las 09:25 h.

Este jueves, la sede de Átomo Estudio en Carballo acogió una jornada informativa sobre el nuevo marco normativo en el sector de la edificación para mitigar la incidencia del gas radón, un enemigo silencioso, invisible e inodoro que, sin embargo, puede provocar severos problemas de salud a largo plazo en caso de una exposición prolongada.

«Es el segundo agente que produce más cáncer de pulmón, después del tabaco», expone Xiao Barrientos, ingeniero industrial de la firma ceense Sysdegal, especializada en mediciones del gas radón. La nueva legislación, que contempla pautas específicas de intervención para edificaciones de obra nueva, así como en estructuras ya existentes, incide en reformas como las barreras de protección, cámaras de aire ventiladas o el sellado de cerramientos como posibles opciones, pero son solo una parte del proceso. «Aquí no se trata únicamente de aportar una solución constructiva, sino de medir si esa solución tiene efecto», matiza Barrientos.

La unidad de medida empleada habitualmente para estimar la concentración de gas radón es el becquerelio -que mide el número de desintegraciones por segundo de átomos de radón en un metro cúbico de aire-. Y en un espacio cerrado, la legislación europea marca un límite máximo de 300 anuales, tanto en casas particulares como en lugares de trabajo.

El año pasado, realizando mediciones en el municipio de Ponteceso, Sysdegal se topó con viviendas donde se rebasaban los 1.200 becquerelios por metro cúbico, algunas que superaban los 400 y, sin embargo, otras que no llegaban a los 100. Es decir, que dentro de un mismo territorio puede hacer escenarios diversos. ¿Por qué? «Puede ser que en un lugar determinado del municipio no haya suelo granítico, pero sí exista a cinco kilómetros de distancia, bajo una vivienda que sí esté más afectada por el radón. De hecho, también nos encontramos una situación semejante en Cee», cuenta.

Barrientos señala que, en este sentido, el mejor tramo del año para ejecutar las mediciones es entre los meses de octubre y abril, «en la época de calefacción». Una vez más, para entender la razón hay que irse a las profundidades, al subsuelo. «Es la fase con más lluvias del año. Si el suelo está colmatado de agua, los gases que no pueden salir por el terreno, alrededor del edificio, buscan las fisuras propias de la estructura para almacenarse, posteriormente, en su interior», detalla.

Dos tipos de medición

La nueva normativa determina la realización de mediciones para acreditar en qué niveles de referencia con respecto al radón se encuentra una casa, edificio u oficina. «Ya lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). El problema es estar asimilando el día a día con este gas, durante años, hasta que empieza a deteriorar tu salud. Si te afecta durante unos días no pasa nada, porque no es dañino de inmediato, pero sí lo es a medio y largo plazo», advierte Barrientos.

En Sysdegal ejecutan dos tipos de medición dependiendo de las necesidades del interesado, bien a través de medidores continuos (mediante múltiples ciclos de control de las concentraciones de radón) o pasivos (que exigen el paso de varios meses para, a continuación, ser enviados a laboratorios de análisis). Además, la empresa costeira emite un informe realizado por un ingeniero en tecnologías industriales con un máster en contaminación ambiental, donde se aportan todos los parámetros registrados por los dispositivos instalados, aportando una serie de recomendaciones a tener en cuenta dependiendo de los valores medios resultantes en las mediciones.