Medio centenar de afectados por ciberestafas en Galicia estiman pérdidas de 270.000 euros

Pablo Varela Varela
p. varela CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Fernando Espasandín, de Vimianzo, y Andrea Reborido, de Coristanco, son dos de los afectados
Fernando Espasandín, de Vimianzo, y Andrea Reborido, de Coristanco, son dos de los afectados Ana Garcia

Son seis las víctimas que residen en la Costa da Morte, pero se sospecha de más casos en la comarca

29 sep 2021 . Actualizado a las 16:50 h.

El pasado mes de julio, una vecina de Carballo vio cómo 9.000 euros desaparecían de un plumazo de una cuenta bancaria en la que ella tenía autorización. «O único que sei é que foron derivados a outra conta, noutro banco, nunha sede física de Madrid. A partir de aí xa non sabemos máis, porque os cartos foron novamente transferidos cousa de quince minutos despois», explica.

Ya son más de medio centenar las víctimas de ciberestafas que, desde distintos puntos de Galicia, han unido sus esfuerzos para, a través de un grupo conjunto de WhatsApp, buscar una solución a un problema que los bancos arrastran desde hace meses. Entre los afectados hay quien ya sufrió los timos en marzo, y el goteo de sustracciones no se detuvo. «Leva pasando xa un tempo. Eu sei dun último caso, do pasado domingo. E sen respostas, chegas a sentirte mal», agrega esta carballesa afectada.

En este grupo de WhatsApp, que suma caras nuevas cada día, intentan mantener actualizado el balance de pérdidas derivado de las ciberestafas. Algunos perdieron más de 9.000 euros; otros, algo más de 1.000. Sin embargo, la suma de todas ellas asciende ya a los 270.000 euros. Un dinero que, además, se perdió sin dejar rastro. «Non temos unha plataforma constituída como tal e, ademais, todos temos o noso traballo, polo que non é sinxelo coordinar algo así», explica Fernando Espasandín, un vecino de Vimianzo que también forma parte de los afectados que han expuesto su caso.

De los 53 componentes del grupo, al menos seis residen en la Costa da Morte: tres, en Carballo; una, en Coristanco; otro, en Vimianzo, y un último, en Camariñas. «Pero chegáronnos avisos de que tamén podería haber máis persoas entre Fisterra e Cee que sufriron isto», explica Espasandín.

Según el último conteo efectuado por los integrantes del grupo de WhatsApp ejecutado por los afectados, hay vecinos de las cuatro provincias gallegas que han sufrido delitos similares en los últimos meses. Tras ponerlo en conocimiento de las autoridades, también se valora qué acciones de denuncia podrían acometer a medio plazo. Hay, al menos, 19 víctimas con residencia en la provincia de A Coruña, repartidas entre los municipios de Carballo, Vimianzo, Camariñas, Coristanco, Pontedeume, Teo, Ortigueira, Rianxo, Brión, Cedeira, Fene, Boiro, Oleiros, Ordes y Tordoia. Otras 18 viven en la de Pontevedra: entre Salceda de Caselas, Nigrán, Pontevedra ciudad, Cangas do Morrazo, Marín, Silleda, Sanxenxo, Gondomar, Tui y Vigo ciudad.

Mientras, hay constancia de dos casos asociados a la provincia de Lugo, entre Foz y Monforte de Lemos. Y, ya por último, en la provincia de Ourense, en el grupo de WhatsApp consta el caso de un afectado que vive en Verín. Hay, en todo caso, quien no dio más detalles de su origen, pero sí se animó a contar su caso particular, además del dinero que le habían sustraído. «Non está sendo fácil de xestionar, porque todo o mundo está moi cabreado, con razón. E o que entendemos é que a solución tiña que buscala o propio banco, porque falamos de algo que non comezou agora», lamenta una de las vecinas de Carballo que sufrió las recientes ciberestafas.

«Recibí la factura de un cargo y el beneficiario era un señor que reside en Ufa, Rusia»

A J. V., un vecino de la ciudad de A Coruña, la ciberestafa le llegó a través de varias suscripciones a servicios de juegos en la Play Store de Google. En mayo recibió un correo electrónico de la tecnológica avisándole de un supuesto acceso irregular a su cuenta de correo electrónico. «Cambié la contraseña, que era recurrente. Pero el día 24 de aquel mes me llegó un cargo de 190 euros a mi tarjeta de crédito. Lo quise devolver y, en principio, el banco aceptó hacerlo, pero Google lo rechazó porque, según ellos, interpretaban que todo se había hecho correctamente. Me llegó una factura del cargo, en alfabeto cirílico, y el beneficiario era un señor que reside en Ufa (Rusia). Y yo nunca estuve allí», explica. Cuenta que la conexión se realizó desde el país ruso, y sospecha que lograron hacerse con la contraseña de su correo.

De un SMS fraudulento al robo automático de los datos

Varios de los denunciantes recalcan que las transferencias fraudulentas de dinero que se realizaron desde sus cuentas bancarias se originaron después de que a sus teléfonos móviles llegasen mensajes de texto o enlaces por WhatsApp que derivaban a pantallas espejo de banca electrónica. Es decir, simulaciones de las aplicaciones en las cuales, tras introducir códigos o contraseña, perdían su dinero casi al instante. En algunos casos, quedando las cuentas a cero.

Ante este escenario, el primer paso es detectar dónde o qué dispositivo tiene vulnerabilidad. Por ejemplo, el dispositivo móvil. En auge está el conocido como SIM swapping, procedimiento mediante el cual los delincuentes pueden conseguir los datos de banca electrónica de la víctima. Primero, logrando información sobre ella, mediante avisos de recepción de paquetería que resultan ser falsos, el envío de correos maliciosos con premios que no son tal y guardan troyanos... Así, hasta que se hacen con un duplicado de la tarjeta SIM del teléfono.

Contra acciones de este tipo, ¿qué se puede hacer? Lo primero, ante todo, es no dar pasos en falso si existen sospechas de que algún tipo de SMS, llamada o correo electrónico no es fiable. Quizá suene obvio, sí, pero es tan importante como una prevención básica al comprobar los avisos de la entidad bancaria y una doble verificación.

Su tesoro, los datos

Generalmente, los mensajes de texto y correos electrónicos con ofrecimientos extraños van orientados a que los infractores recopilen todos los datos posibles acerca de su víctima, que pueden abrir las puertas a que los ladrones accedan directamente a tu cuenta bancaria. El hecho de que, a menudo, recurran a nombres de grandes empresas o firmas reconocidas como las supuestas emisoras de los mensajes solo forma parte de una minuciosa estrategia para que el cebo sea más atractivo a ojos del damnificado. Es decir, que si a su móvil o correo electrónico llegan enlaces web, avisos o mensajes de descarga de aplicaciones que usted desconoce o de las que no tiene constancia, ponerlos en cuarentena en primera instancia es una buena opción. Igual que si se trata de una llamada telefónica que despierte sus sospechas.