Cuarenta años de pubs en Carballo

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

MEMORIA DEL OCIO NOCTURNO EN LA CAPITAL DE BERGANTIÑOS | A principios de los 80 germinaba un sector que dio mucho de sí

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Iso daría para sentarse e escribir un libro», responde Manolo Gerpe con humor al preguntarle por sus recuerdos de los inicios de los pubs en Carballo. De hecho, podría escribirlo él solo, porque en solitario o junto a Enrique Pérez gestionó varios de los locales que crecieron sobre todo en la Rúa da Estrela, pero también en la paralela Ourense y, en mucha menor medida, en la perpendicular Baños Vellos.

¿Y cuándo fue el arranque de todo? Hace cuarenta años, siempre de manera aproximada. Hay fechas que varían (que se han olvidado) según con quien se hable, y además tampoco se puede establecer un punto exacto de salida, sino más bien una progresión lenta, incluida la transición de bares con ese algo más que ya podrían entrar en la categoría de pubs, sumado a su horario nocturno y el tipo de clientela. Entre 1980 y 1981, con matices, están esos momentos de siembra. Que ni siquiera fueron en la Estrela. El Tolos, en la calle Coruña, allá por el 80, fue todo un precursor, recuerda Antón Rodríguez Lista (Antón Guitoi). «Lembro que o tiñan dous profesores de FP, gustábanos moitos a uns amigos, e foi a nosa idea de facer o Silfo», explica, que llegaría uno o dos años más tarde, en el 83. Eligió la calle Rosalía de Castro, un bajo de uno de esos colegas, y empezaba así una aventura ininterrumpida de 30 años nada menos: el pub que más tiempo ha tenido de manera continuada y sin cambio de nombre alguien en Carballo. Después cogió A Barra, un bar clásico de la edad de oro de la hostelería entre Camiño Novo y Vázquez de Parga, y ahora, tras la pandemia, lo ha dejado.

Guitoi, a la derecha, en A Barra Bar, ya cerrada tras la pandemia
Guitoi, a la derecha, en A Barra Bar, ya cerrada tras la pandemia JOSE MANUEL CASAL

En la calle Baños Vellos, Pablo Echegaray y su hermano montaron, por el 82, el Focos. Un guiño al sector eléctrico que ha marcado su vida empresarial. Ayer recordaba aquellos inicios, incluida su apuesta por la calidad: «Todo estaba pintado de laranxa e negro. Había un deseño moi moderno, cunha especie de tubos. Puxemos moi bos equipos, uns altavoces tremendos, e as luces. Viña xente de fóra, facíamos cousas especiais...», explica. Después lo traspasó y los nuevos dueños ya le pusieron el nombre de Tubular, que es el que ha permanecido con los años, y además en dos épocas. El rótulo que permanece es el de las segunda. En medio hubo otros nombres, algunos efímeros, como el Código Bar. Y en esos años iniciales no hay que olvidarse del Suso’s, anterior en el tiempo, más tarde La Unión, La Reserva o La Frontera, en la Desiderio Varela.

Interior del Charol, a principios del 2003.
Interior del Charol, a principios del 2003. FRAN RODRIGUEZ

Pero el epicentro de la movida ha estado en A Estrela, y también por ese inicio de los 80 nacía La Naranja Mecánica, a cargo de un holandés, muy recordado por los habituales de la incipiente marcha. Este bajo ha dado mucho de sí con los años, llamándose más tarde el Grupo 5, y después el Boana, y después el John Ross... Gerpe lo tuvo durante 22 años, pero más aún el Charol, que fue su primer local: 25 años nada menos. Un Charol que también sería el Planet, pero eso, los de los continuos cambios de nombres, dueños y decoración le ha pasado a casi todos en este tiempo (al Silfo, no).

Concierto de rock en el Esquema en el año 2000
Concierto de rock en el Esquema en el año 2000 ana garcia

Cuarenta años son muchos, los propietarios van y vienen, y los clientes también. Y las modas y los hábitos, con períodos de enorme éxito a otros de sequía. Alguien algún día tal vez pueda hacer un árbol genealógico de cada local, con ubicación, período y variación de nombres. Un buen candidato sería Fran Rodríguez, que trabajó y gestionó muchos de esos locales en los últimos treinta años. Más años no, porque no le daba la edad. Muchos lo conocen aún como el del Stone, pero fue uno más. Así que es una buena referencia para recuperar marcas por las que han pasado centenares de trabajadores y miles de clientes, sin que la siguiente lista sea un orden cronológico. A los ya nombrados anteriormente se puede añadir el Patacón, A Real, el American (antes, A Sede), el 40º, el Xtreme, Twenty (antes Guayabero), RedClub (antes Britania), Keops, Play, Caimán, el Bule (Gerpe sigue con él, ya como bar), Caimán, A Roda, el mítico MaiTai (no era un pub como tal, pero se podía incluir en la ruta, al lado de una rúa Perú sin prolongar aún), La Tentación (Javito la hizo muy célebre), el Colors... De los viejos tiempos, en la memoria permanece el Callejón de la calle Río, y de los posteriores, el Esquema de la Valle Inclán. En la calle Coruña también estuvo el Gentile o el Pillos. Si se extiende la memoria y el concepto, el Peregrino o la tasca Alsacia.

Antes de la pandemia ya funcionaban solo seis, que han quedado parados desde entonces (hasta el Balneario lo ha hecho). Ahora que parece que hay planes para recuperar poco a poco el ocio nocturno, ya se verá si reabren algunos de los que seguían activos, como el Goldie, el Goat, el Patacón, el American... Unos y otros, los de ahora y los de antes, dinamizaron la noche de varias generaciones. Y en no pocos hubo conciertos, exposiciones, actuaciones de contacontos... Por su propia dinámica, mucho más en los de la órbita de la Estrela que en el propio corazón de la marcha. Muchas historias que, en ese hipotético libro recopilatorio que apuntaba Manolo Gerpe, tal vez habría que añadir las de A Laracha, Ponteceso o Cee (y desde luego Santa Comba), donde la evolución de pubs, aunque menor, también fue notoria.