Carmen García Cabanas, pediatra: «No existe una conciliación real y queda patente con la lactancia»

caterina devesa CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

La doctora rompe mitos y pide más espontaneidad ante la sobreinformación

23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La maternidad se retrasa cada vez más, de forma que la media actual está en torno a los 35 años. Un hecho que no solo afecta al embarazo o al parto, sino también a la forma en la que se afronta la llegada al mundo del primer hijo. Así, la pediatra Carmen García Cabanas, que pasa consulta en el centro de especialidades Isabel García de Carballo y que cuenta con casi 30 años de experiencia, señala que «se ha perdido la espontaneidad. Ahora se entiende más como un conjunto de protocolos a seguir y no se deja que los niños evolucionen solos. Se está muy encima de ellos con el libro en la mano. Las madres de ahora leen muchos libros, y entonces dicen esto es así y así, y no es la realidad. Hay muchos matices y cada niño es diferente». 

Madres de manual

Ante lo que podemos denominar «madres de manual», la pediatra indica que su trabajo es «indicarles la realidad. Mantengo mi opinión y les digo lo que considero en cada caso. Además, les señalo que piensen cómo hicieron sus abuelos para criar a sus padres sin Internet, sin libros y sin tanta información, y les aconsejo no buscar todo en Google porque es una locura», comenta la doctora, que trabajó muchos años en el hospital Belén de A Coruña, en donde creó, junto a su compañera de entonces, Diana López Coronas, la uci neonatal.

Asimismo, la especialista señala que en la actualidad la mayoría de las mujeres nunca han tratado antes de ser madres con un recién nacido. «Llegan vírgenes en ese sentido. Antes, estaban acostumbradas a criar a los hermanos pequeños, pero en las familias se ha perdido esa capacidad de entrenamiento que nos hacían de pequeñas a las mujeres porque se ha evolucionado y se ha avanzando en la igualdad, y eso ha conllevado a que ni el hombre ni la mujer tengan antes de la paternidad experiencia en la crianza».

El acceso a la Red también ha supuesto que «cosas que pasaron toda la vida» sean acuñadas bajo un término, a veces en inglés. «Ahora hay una tendencia a etiquetarlo todo, le tenemos que buscar una explicación a todo lo que pase y casi siempre se relaciona el comportamiento del niño con una mala praxis de la madre o el padre, y no siempre es así. Por ejemplo, se habla de crisis de lactancia y a veces no se piensa que simplemente baja la producción de leche de la madre por lo que a ese niño no le llega y por eso pide cada menos horas de mamar». Un término que recientemente ha utilizado la actriz Paula Echevarría y que cada vez es más usado entre las nuevas madres.

«Normalmente ese incremento de la petición del bebé coincide con los períodos de crecimiento, por eso, hay oscilaciones y hay épocas en las que da la sensación de que se tiene todo el día al niño colgado del pecho. Son períodos que suelen coincidir con la incorporación al trabajo, y genera angustia. La realidad es que no vivimos en una zona del mundo proclive a la lactancia». El dar o no de mamar es uno de los puntos que más debate genera entre las madres. «Hay muchas ideas preconcebidas y, de entrada, hay que tener en cuenta que no existe la conciliación. Recomendamos seis meses de lactancia y la realidad es que la baja de maternidad es de cuatro meses. ¿Qué haces esos dos meses?».

Por ello, la pediatra aconseja que «cada madre elija la mejor fórmula para ella, se olvide de lo que piensen los demás y se acabe ese sentimiento de culpa. La relación es solo entre ella y su bebé, y cada una debe elegir lo que mejor le convenga. Hay que derrotar mitos», apunta García.

Bajo esa tendencia de ponerle nombre a todo, otro de los términos de moda es el BLW (Baby Led Weaning), utilizado por influencers como Elena Tablada, o lo que es lo mismo, alimentación complementaria autorregulada o a demanda. «Es lo que se hizo toda la vida de ir introduciendo alimentos sólidos», indica la pediatra, que destaca la importancia de «no forzar a los niños, porque no todos están preparados al mismo tiempo. Hay bebés de seis meses que ya comen trocitos de alimentos y otros que no, no hay que obsesionarse. Es absurdo. Hay que tirar de sentido común, algunos de forma natural echan ya las manos a la comida y otros no». En los libros dedicados a este método se apunta a la necesidad de hacer un curso de primeros auxilios antes. «Si vamos a eso, también hay que hacerlo para ir al parque o a la playa. Sería genial que todos los tuviésemos porque no solo se puede atragantar un bebé, también un niño de ocho años, pero como digo hay que usar el sentido común. Tener cuidado y confianza, y dejarles actuar a ellos. No darles alimentos que no puedan aplastar e ir introduciendo los sólidos, como se hizo toda la vida», zanja.