Un indigente echa un pulso al Concello de Carballo para seguir en la calle

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

«Al quitarme el colchón me han dejado sin hogar», dice Humberto Ferreira

24 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Humberto Emanuel Ferreira era ayer un hombre muy triste. «Al quitarme el colchón me han dejado sin hogar», decía. Así está desde el miércoles cuando a las seis de la mañana pasó el camión del punto limpio de Carballo y se le llevaron la donación que le había hecho un vecino al verlo dormir en el suelo. El sábado acudió a verlo un representante municipal y le ofrecieron ayuda de los servicios sociales, pero la rechazó entonces. La concejala Maica Ures explicó que en estos casos normalmente se coordinan con la parroquia, puesto que el Concello no tiene ningún recurso para atender a personas sin hogar. Sin embargo, el indigente portugués ya había estado en la vivienda de acogida y se había marchado por propia voluntad, porque no estaba a gusto.

La situación pone en un brete al Concello de Carballo y deja en peores condiciones a Ferreira Franco, que no entiende la actitud municipal puesto que, asegura, no ha habido queja ninguna por parte de los responsables del supermercado o del resto de los negocios, aunque sí de personas que viven o trabajan por la zona. La mayor parte de la gente no entiende que desde las instituciones no se eche una mano a este sin techo.

El concejal Juan Seoane explicó que se había retirado el colchón por los problemas de salubridad que se pueden derivar de tenerlo en la calle. Quizá la idea era hacerla la vida más incómoda a Humberto Ferreira para que aceptara la ayuda que se le brindaba. El jueves por la noche aseguró que volvería al albergue si el párroco lo iba a buscar. «Soy muy cabezota», dijo. Sería la segunda vez que García Gondar lo sacaría de la calle, después de estar alojado y trabajando para un empresario malpicán que conoció en una cárcel de Alicante y que lo dejó en la estación de autobuses tras un desencuentro por las condiciones laborales y vitales.

Ahora, al Concello se le plantea el problema de que mantiene al indigente acampado bajo los soportales de la Vázquez de Parga, pero en peores condiciones, lo que ha despertado la solidaridad de los transeúntes, que siguen ayudándolo. Uno de los motivos es que se trata de un hombre muy religioso, educado y amable, que se entretiene con la radio y la lectura.

Los soportales son vía pública y la acera no se puede ocupar

En el Concello tienen claro que dormir en la calle no es legal. El abogado Juan Carlos Castro explica que el motivo es que no se puede hacer un uso privativo de un espacio público. Incluso si aparcas demasiado tiempo un coche estás cometiendo una ilegalidad. Humberto Emanuel Ferreira es consciente de todo ello. Tiene mucha experiencia en este campo y la falta de recursos y su modo de vida lo han mantenido viviendo en la calle mucho tiempo e incluso en distintos países. Ese es el motivo por el que él mismo alegaba el jueves que no se encontraba en la vía pública, sino en unos soportales que pertenecen al centro comercial de la Vázquez de Parga. De hecho, señalando la pared a su espalda explicaba que por ella no se podía pasar, por lo que no se trataba de un lugar de tránsito. Sin embargo, el indigente no cuenta con que la normativa urbanística de Carballo es particular en esa zona. Establece que los edificios de nueva construcción en ese tramo de calle tendrán que tener soportales, por lo que ese espacio, en realidad, está cedido al uso público. Para Humberto Emanuel Ferreira se trata de una mala noticia que puede dar al traste con su intención de seguir en la calle.

Una vivienda con siete plazas y un albergue para pasar una noche

La concejala de Servicios Sociales Maica Ures explicó que estos casos se resuelven en coordinación con la parroquia, que es la única institución que tiene recursos de alojamiento para indigentes. De hecho, Humberto Emanuel Ferreira reconoce que estuvo meses en la vivienda comunitaria que tiene la parroquia en el casco urbano, al margen de otras casas en varias parroquias. Además, existe un albergue de transeúntes que está pensado para pasar una noche o un par de ellas como mucho.

La edila señaló que cuando no hay espacio en la parroquia o se precisan otros servicios se buscan acuerdos con instituciones de fuera de Carballo. Además, hay constancia de que el Concello ha llegado a pagar alojamientos temporales en hostales.

Además, la parroquia tiene prestaciones más concretas como el hogar de doña Basilisa, pensado para mujeres maltratadas. Asimismo hay el comedor social, cuyo funcionamiento en estos momentos se encuentra afectado por la pandemia, y entrega de alimentos.