«Lo peor de la clase telemática es ver cómo el trabajo se desperdicia»

La Voz CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

Volvieron las clases presenciales al Conservatorio Profeisonal de Música de Carballo y también a la Escola de Idiomas. Otros centros regresaron asimismo a la actividad física, como la Escola da Rúa

23 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Piensas que no puede ser que a un alumno le suene tan mal el instrumento en solo una semana cuando el problema es que en cualquier plataforma el sonido es muy malo», explica Juan Otero, director del Conservatorio Profesional de Música de Carballo. Estaba deseando volver a las clases presenciales porque las telemáticas no están pensadas, desde luego, para la música, por eso Juan Otero tiene la sensación de que el trabajo se desperdicia.

Sin embargo, no todos pudieron volver. El decreto de la Xunta mantiene en sus casas a todos los alumnos de instrumentos de viento y a los de canto. Así, ayer volvieron a las instalaciones del Pazo da Cultura los estudiantes de cuerda y el resto, para las asignaturas que son grupales.

También regresaron a la actividad en la Escola da Rúa, según explicó Manuel Dourado, director del centro. Como en el caso del Conservatorio los alumnos se han pasado tres semanas ausentes.

También regresaron ayer en la escuela oficial de idiomas, que asimismo tiene sus instalaciones en el Pazo da Cultura. Las actividades telemáticas han tenido buena acogida, pero, como con las enseñanzas de música, había muchas ganas de volver al contacto directo, mucho mejor para cualquier aprendizaje.

«Xa cantabamos con máscara e mamparas, pero non se recolleu»

Manuel Dourado comenta que en la Escola da Rúa ya tenían clases de canto con mascarilla y mamparas, pero que el decreto de la Xunta no contempla la posibilidad, por lo que no han podido seguir dándolas. En su caso solo hubo alguna lección telemática de danza, por lo que la vuelta de ayer era muy necesaria. Reconoce que esta primera semana será más bien de clases de repaso, pero no está preocupado por la posible pérdida de práctica, puesto que está convencido de que sus alumnos han estado tocando en sus casas.