La incertidumbre oprime a los negocios del sector nupcial en la Costa da Morte

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Mensi Gómez, de Euronovias, en Bértoa (Carballo)
Mensi Gómez, de Euronovias, en Bértoa (Carballo) ANA GARCIA

Textil, flores, restauración, fotografía... son muchas aristas implicadas en las ceremonias. Así hablan algunos de sus responsables

20 feb 2021 . Actualizado a las 21:46 h.

Días atrás, el reconocido diseñador coruñés Jose Matteos alertaba de que el sector nupcial gallego estaba en peligro. Solicitaba a la Xunta que para aquellos comercios de este ámbito que trabajan con cita previa pudiesen flexibilizarse los cierres perimetrales. A su atelier de Fonteculler, por ejemplo, no pueden acercarse novias de la Costa da Morte con visitas programadas desde hace meses. Aludía a que, después de un «nefasto» 2020, convendría salvar algo el 2021.

Este réquiem por el sector nupcial es compartido desde negocios de la comarca, tal es el caso de Euronovias, en Bértoa, Carballo. Mensi Gómez es clara: «Va fatal, ni siquiera llaman para pedir citas». Ha optado por trabajar precisamente con visitas concertadas, porque no compensa estar abiertos. Sus clientes llegan desde A Coruña, Santiago, Arteixo, Vimianzo, Coristanco, Santa Comba... incluso de Pontevedra, pero ahora ninguno de esos desplazamientos es posible, por los cierres. «Y menos mal que el bajo es mío, si fuese de alquiler tendría que haber cerrado ya hace tiempo». Tiene a sus trabajadoras en el ERTE, «pero la Seguridad Social la pagas igual» y asegura que, ni en los 20 años que llevan en Bértoa, ni en los 50 que dedicó al sector su madre, con Confecciones Gómez, habían visto nada igual: «La vida que os queda, me dice mi madre, porque esto es algo fuera de serie». Hay bodas del 2020 pospuestas hasta en tres ocasiones y las del 2021, por el momento, «están todavía a la espera».

Cambón, con su colección. Jorge Moda
Cambón, con su colección. Jorge Moda ANA GARCIA

El no saber qué pasará es la clave de todo, como apunta Jorge Cambón. Después de 25 años como Alonso Moda, en el 2020 se mudó a la rúa Desiderio Varela, también en Carballo, como Jorge Moda. Cuándo se le pregunta cómo va el tema de las bodas, ironiza con otra pregunta: «¿Qué es eso?». El teléfono no suena y tiene decenas de trajes de novio apartados de bodas aplazadas desde el 2020 a este año, pero tampoco está claro que puedan llegar a celebrarse: «Está todo en el aire, todo parado». Espera que, llegado mayo, cuando se diga cómo podrá ser el verano, la cosa se empiece a mover algo y se programen ceremonias para julio o agosto. Han comprado la colección 2021 porque tenían previsto que pudiese haber celebraciones, pero en tienda está y, la situación, complicada: «Cero».

«Vodas para este ano nin a primeira», indica Belén Ézara desde la floristería Carmucha-Belén, en Cee. El 2020 ya fue mucho de compras de última hora y tiene claro que, si este 2021 puede haber celebraciones, volverá a pasar lo mismo. Las bodas representaban una parte importante del trabajo de este negocio, como las fiestas, que también se han visto paralizadas: «Se non cambia a cousa, imos levala clara».

Textil, floristerías, calzado, imprentas, fotografía, restauración, alimentación, animación... Son muchos los sectores implicados en las ceremonias nupciales. También en las comuniones. Para todos ellos, hoy, la incertidumbre está a la orden del día. San Cristóbal, en Baio, es una imprenta de referencia en la comarca. Ya en el 2020 notaron cómo las invitaciones iban mucho a menos: no hicieron gran cantidad, porque las pocas bodas que hubo tuvieron que reducir aforo de invitados. Marzo y abril son los meses en los que se empieza a mover la demanda de tarjetas para ceremonias, así que habrá que esperar a entonces para ver qué rumbo lleva este 2021. Por el momento, ninguna petición les ha llegado. 

Carmen Pose, de A Torre de Laxe
Carmen Pose, de A Torre de Laxe Ana Garcia

«A maioría das vodas deste ano son as que tiveron que ser cambiadas no 2020»

No en todos los sectores la situación es la misma, aunque vayan de la mano. «A maioría das vodas deste ano son as que tiveron que ser cambiadas o ano pasado», explica Carmen Pose desde el complejo A Torre de Laxe, que pese a toda la situación, y después de un 2020 tan complicado, tiene cubierto los meses clave con casamientos. Otra cosa, claro, es que puedan llegar a celebrarse, al menos como a los novios les gustaría. Volver a cambiarlas implicaría irse ya a fechas tardías, porque no hay disponibilidad. «Este ano vemos máis esperanza ca o ano pasado», explica. «A grande parte das deste 2021 serán as do ano pasado que tiveron que ser pospostas», concuerdan desde A Lagoa (Vimianzo). Explican que, de nuevas, aún no se anima mucho la cosa, por la incerteza.

Habría sido un 2020 óptimo si no hubiese llegado la pandemia, apunta María José Carril desde Diego Alonso Fotografía (Camariñas). Tenían planificadas más bodas que de costumbre, pero no pudo ser. Las que tienen contratadas para este 2021, aproximadamente en un 60 %, son las del año pasado: «Cando rematou o confinamento houbo moitas contratacións, pero despois xa pararon. Nadal soe ser outra época de volver contratar, pero non foi así». Trabajan a dos años vista, así que incide en el tiempo que las parejas llevan preparándolo todo y en los consiguientes nervios por estar a la expectativa. En las que se llevaron a cabo, más allá de las restricciones, no hubo problema alguno.