El histórico camión de bomberos de Carballo, a la espera de ocupar el lugar que merece

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Tiene casi 40 años y ayudó en numerosos incendios de la comarca cuando no había medios. En su base se quedó sin sitio y está en una parcela del polígono

17 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace unos días, un viejo camión de bomberos puede verse en una parcela de la ampliación del polígono de Carballo. Un Ebro con la pintura desgastada por el paso de los años, que no son pocos. Del 82, con la matrícula C-3318-U, y el logotipo de Protección Civil de Carballo, entidad a la que estaba adscrito este vehículo. Ahora, reposa en esta parcela municipal, en los límites del parque empresarial, a pocos metros del recinto vallado en el que están depositados varios vehículos sobre los que pesan requerimientos policiales y judiciales. Apenas pasa desapercibido, y solo los testigos más veteranos sabrán que forma parte de la historia reciente de Carballo.

Este camión fue el primero de los Bombeiros Voluntarios de Carballo, germen de Protección Civil, de Salvamento y Socorrismo y, con el tiempo, de los actuales bomberos profesionalizados. Una historia que conoce muy bien Ricardo Vilas, tanto por haber formado parte de aquel cuerpo altruista, como por haber sido el edil responsable de su compra. Y pide que se le dé a ese vehículo un mejor trato y se coloque en un lugar que sirva para reconocer su trabajo.

Los voluntarios empezaron a trabajar en emergencias de manera oficial en 1979, pero ya venían actuando desde un tiempo antes. Tenían al principio una máquina de presión, que pasó a formar parte del Museo Bergantiños, para la que incluso se cambiaron las bocas de riego.

Pero la abundancia de emergencias aparejó la búsqueda de mejores medios, entre ellos la compra de un camión. Y por partes. La bomba recomendada fue de Ros Roca. El camión, al principio, pensaron en un Pegaso, pero era demasiado caro. En Conde Medín encontraron uno más adecuado, de Ebro, con cisterna de 5.000 litros. En los talleres Méndez de Carballo instalaron otros equipamientos, y a mayores se le colocaron unas bombas delanteras que valían tanto para los fuegos como para baldear las calles con agua a presión.

Llamadas por sirena

Su base estaba en los bajos del mercado municipal de abastos. Cuando había emergencias, sonaba una sirena situada en lo alto del Concello, apagada más tarde y sustituida por avisos a la Policía Local, que llamaba uno a uno a esos voluntarios, generalmente trece. Y esos fueron los primeros años de un camión que llegó a ser conocido en casi toda la Costa da Morte porque, como explica Vilas, «non había outro», con excepción del parque de A Coruña. Por eso tuvieron que acudir a apagar incendios en lugares como A Ponte do Porto, y en entornos comarcales más cercanos como A Laracha, Buño, Coristanco... Ricardo Vilas recuerda numerosas salidas en Carballo: a la Seat, la antigua estación de autobuses y de troles, el Forno Novo de Buño, dos veces a Unemsa... De esta fábrica ahora de Coristanco, y antes de Rus, recuerda que el dueño, como agradecimiento, les preguntó si necesitaban algo, y le dijeron que agradecerían mucho un equipo autónomo de respiración con botellas. Les dio dos, además de detalles para cada uno de los bomberos.

De todo esto y muchísimo más formó parte este camión que aún funciona y que ahora descansa solitario al lado de una de las calles casi vacías el polígono. Desde el Concello explicaron ayer que no hay sitio para él donde estaba habitualmente, por el uso de otros dos vehículos, y que por eso se ha optado por esa parcela municipal, pero que no se piensa en el desguace ni nada parecido.

Recuerda un poco la historia de la Ara Solis, la mítica lancha de Fisterra que participó en el salvamento de tantas vidas, además de en hechos tan trágicos como el del Cason, en el 87. Lleva ya 16 años olvidada en un astillero de Cee. Curiosamente, es casi de la misma quinta que el camión, del 79, y prestó numerosos servicios de rescate en manos de voluntarios. Elementos, uno y otro, que estarían mejor en lugares bien ubicados, con buena conservación y algunas líneas que explicasen su amplio historial de servicios comarcales.