«Gracias, Jerry, por unir a dos familias de diferentes partes del mundo»

caterina devesa CARBALLO/ LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Una ceremonia en Razo cerró el ciclo de la botella con cenizas que llegó desde Florida

29 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que el océano unió, que no lo separe nadie. Ese es el mensaje que transmite la familia que casualmente se encontró paseando por la playa de Razo una botella con material fúnebre y una carta en la que se pedía a quién la encontrase que esparciese los restos de cenizas por el mar. Diez días después del sorpresivo hallazgo, los carballeses que localizaron el material han cumplido la voluntad de Mary Ann Whitt, la emisora de un bote que se lanzó desde la playa de Daytona Beach, en Florida, Estados Unidos, hace dos años, con el objetivo de cumplir el sueño de su marido, Jerry, fallecido repentinamente a causa de una insuficiencia hepática.

Flores y un texto de despedida

En el mismo arenal en el que se toparon con el bote, el grupo celebró este domingo una bonita ceremonia para despedirse de Jerry. «Fumos cunhas flores, o bote coas cinzas, e lemos un escrito que fixemos en inglés para que os seus familiares o poidan entender. Gravamos todo nun vídeo e enviámosllo, están moi contentos», señalan los descubridores de la botella, que indican que «fixémolo o mellor que puidemos». Sin duda, no lo pudieron hacer mejor, ni con más cariño, ya que en la jornada no les faltó detalle. Dos de las jóvenes del grupo que encontró la botella se enfundaron el mono de surf para meterse mar adentro y asegurarse de que los restos fúnebres del norteamericano descansen para siempre en el océano, tal y como quería. «Tanto ela como os seus fillos e netos están moi emocionados. Falamos con eles xa dúas veces e hoxe imos volver facelo», comentan desde Carballo.

Una bonita casualidad

«Con mucho dolor en el corazón, nos despedimos de Jerry, pero, al mismo tiempo, le decimos gracias por unir a dos familias de diferentes partes del mundo y por darnos una bonita historia que contar», fueron parte de las palabras que la familia leyó en el homenaje a Jerry, una persona a la que no conocieron, pero que ya forma parte de sus vidas para siempre. «No pudimos conocer a Jerry, o, al menos, no lo conocimos físicamente, pero lo hicimos de una manera muy especial, que pocas personas pudieron hacerlo. No esperábamos encontrarte, pero estamos haciendo todo lo posible para hacer lo que querías hacer: ver el océano y ser libre. Descansa en paz, Jerry. Siempre estarás en nuestras mentes y corazones».

El mensaje ya ha llegado al otro lado del Atlántico, en donde los familiares del fallecido no pueden contener su emoción. Una de sus hijas ha compartido el vídeo del momento en el que los carballeses esparcen las cenizas de su padre en Razo. «Esta es la cosa más dulce que he visto nunca. Lloré como un bebé mientras veía el vídeo que enviaron. ¡Todavía no puedo creer que las cenizas de Jerry fueran encontradas dos años después y en España! Sigo muy sorprendida. La familia que lo encontró ha sido muy dulce con nosotros. Hacer este homenaje a Jerry y a nuestra familia, cuando no nos conocen, es muy bonito y sorprendente. ¡Muchas gracias, a él le habría encantado!», es el mensaje de Deanna Whitt en Facebook.

Los norteamericanos quieren viajar hasta Galicia para conocer el arenal en el que fue hallado el bote, que se lanzó el 27 de julio del 2018. «Queren vir aquí, sobre todo polos netos, para poder ver a praia á que chegou a botella. Como seguimos falando con eles pode que mais adiante consigan viaxar», dicen desde Carballo, todavía sorprendidos por como los familiares del fallecido descubrieron que el bote había llegado a Razo. «Eles souberon que nos atoparamos a botella porque un escocés leu a noticia na Voz e lles contactou. Tamén é coincidencia», apuntan desde el grupo de Carballo, que previamente habían enviado un correo electrónico a la dirección de email que figura en la misiva que contenía el bote, junto a otro con parte de las cenizas de Jerry.

El estadounidense falleció el 16 de mayo del 2018 tras enfermar en abril y estar 21 días ingresado en el hospital. «Cuando le dieron el alta, pasaron once días hasta que terminó falleciendo», relató Mary Ann por teléfono a este diario la semana pasada. En la actualidad, ella continúa viviendo en la misma casa que compartió con su marido durante más de veinte años en la ciudad de Somerset, en el estado de Kentucky. Tras perecer Jerry, Mary Ann tuvo que cambiar de profesión. «Teníamos un negocio de instalación de suelos de viviendas llamado Jerry and Mary's Flooring Gallery Inc. Cuando él tuvo que retirarse del trabajo, por la enfermedad, yo conseguí un empleo en el hospital como técnica de mantenimiento». Allí continúa trabajando a día de hoy, mientras que disfruta del tiempo libre en la compañía de sus doce nietos. «Jerry los pudo conocer a todos porque el más pequeño tiene cuatro años», explicó en La Voz hace unos días la mujer de 48 años.

Para ella, que finalmente su marido esté libre en el océano es un milagro. «Este septiembre celebraríamos 30 años de casados y él habría cumplido en junio 56», relató Mary Ann. Sin duda, su regalo es que finalmente Jerry viaje por el mar para siempre.