Carteles con pisos «fantasma» en la Costa da Morte

Inés Abelenda / S. G CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

En Carballo y en Fisterra, sobre todo, aún siguen anuncios de viviendas de la época del bum inmobiliario, con precios y teléfonos inactivos

19 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En la Costa da Morte se siguen encontrando carteles publicitarios con información sobre pisos que se venden o alquilan desde los tiempos del bum inmobiliario. La relativa sorpresa llega cuando los interesadas llaman al número indicado y, claro, ya nadie contesta.

En Carballo, por ejemplo, hay algunos edificios (pocos) con uno de estos anuncios donde se informa de lo que se ofrece, su precio y el número de la inmobiliaria. Algunos de los carteles llevan más de diez años colocados: se ve claramente cómo el tiempo, todo, ha pasado por ellos

En la Vázquez de Parga, frente a la Praza de Vigo, hay dos grandes anuncios, uno en la pared de un edificio y el otro en una valla publicitaria. En los dos aparece el nombre de la misma inmobiliaria, Procasa, pero con números diferentes. Al llamar salta un contestador que indica que ambos contactos ya no existen. En el anuncio situado en la valla se informa de la venta de viviendas en la calle Alfredo Brañas y, a mayores, aparece un precio que supera los 100.000 euros. Al llegar a la rúa que indica el cartel, en un edificio blanco que hace esquina, aparece la misma cantidad escrita en las paredes, al igual que la misma información: la venta de tres dormitorios con garaje y cocina amueblada. La diferencia es que en esta construcción ya no se recoge el nombre de la inmobiliaria. Estos anuncios llevan más de una década situados en esa calle pero, como explica una vecina del edificio, la inmobiliaria desapareció hace años.

En la Avenida de Razo está lo que queda (y pudo ser) de la urbanización Costa Nariga. La crisis que apareció tras la burbuja inmobiliaria, y algún otro factor, fue la causante de que esta construcción, al igual que muchas otras, se abandonasen y quedasen con las obras sin acabar. Más de diez años después, el edificio sigue ahí, llegando a convertirse en un foco de vandalismo hasta que el Concello carballés lo tapió. Un gran cartel situado al lado recuerda el nombre de la empresa que se encargó de su edificación, Riotorto, junto a su dirección web, un número de teléfono y una frase muy indicativa: «Calidad de vida en Bergantiños». Uno de los números ya no existe y el otro no contesta. La empresa ya desapareció en el año 2011, y después el inmueble pasó a los bancos.

Fisterra es uno de los municipios en el que, con el bum inmobiliario de mediados de la primera década del siglo, se construyeron un gran número de edificios para poner a la venta. También aquí hubo de todo, incluidos largos pleitos, y por supuesto promociones a las que le fue muy bien, activas desde el principio, y otras que se siguen anunciando, pero tampoco hay quien conteste. Por supuesto, algunas de estas viviendas siguen a la venta en páginas web, con descuentos muy interesantes. Son viviendas nuevas, sin serlo. Lo mismo sucede en otros lugares, como Cee, por ejemplo.

Pisos con más de diez años pueden comprarse por precios asequibles

Al empezar la desescalada, algunas inmobiliarias de zona decidieron rebajar los precios de los edificios que tienen en venta, entre un 6 y 14%, práctica que en todo caso ya venía de antes. Por un precio inferior a los 60.000 euros se puede encontrar un piso amueblado, con tres dormitorios y cocina en la comarca. Muchos cuentan también con un garaje y trastero incluidos. Algunas de estas viviendas tienen un punto en común: son promociones anteriores al 2010. Sin embargo, nunca han sido habitadas por lo que están a estrenar.

Algunas gangas se encuentran en el área de Corcubión y Malpica. En este último municipio hay anuncios de venta de pisos con más de diez años. A diferencia de los inactivos en los carteles de Carballo, el negocio todavía sigue activo y estos pisos aún pueden ser comprados. La inmobiliaria Aliseda tiene a la venta, desde hace algunos años, pisos en el casco urbano por 36.000 euros. Algunos se encuentran próximos a la playa, lo que supone un mayor incentivo a la hora de comprarlos. Sin embargo, tiempo después y con una bajada de precio, hay viviendas que no han encontrado un comprador. Con estos descuentos lo que pretenden las es, obvio, venderlas de una vez, y muchas de ellas destinadas a ser una segunda vivienda, lo que, tras la pandemia, se presentó como una oportunidad de compra por parte de los residentes de grandes ciudades que buscan zonas costeras.