Ya en España tuvo una cafetería y se dedicó al negocio inmobiliario: «Tratei de buscar o pan como puiden», dice, «e se nalgún momento a alguén lle fixen mal, pídolle perdón». No todo fueron buenos momentos, y como errar es humano Elsa tuvo un encontronazo con la Justicia a finales de los ochenta. Agua pasada ya.
Le apena, cuenta, que no haya las mismas oportunidades en Carballo que en otras localidades; como también ve inaudito el panorama musical actual. «Como todo, a música en español está desaparecendo. Ves cantantes que dan pena e están triunfando, e outros bos están a dúas penas. Dende logo que hoxe é calquera cantante, coa de efectos que levan as cancións», concluye.