En torno al 90 le cogió algo de gusto a la política, cuando Carballo fue centro de la batalla entre Cuíña y Romay por el control del PP. Le duró poco el interés y en el 91 abandonó la vida pública.
Probablemente uno de los momentos más extraños que vivió fue cuando tuvo que preguntarle al diputado Antonio Vázquez Guillén si era cierto que la OTAN tendría una base entre Carballo y A Laracha. Solo hacía dos meses que era alcalde. Seguro que no se puso nervioso.