Fernando Garea: «Calculamos que en 50 años han pasado por el Fogar de 35.000 a 40.000 personas»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

José Manuel Casal

Las polémicas obras y la crisis del COVID-19 marcan el aniversario del segundo mayor colegio de Galicia

15 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alumnos de sexto de primaria del colegio Fogar, el segundo mayor de toda Galicia, serán la generación número 50 que sale de este centro. Hace medio siglo que se abrió la Escuela Hogar de Carballo, pero tal aniversario, que debería ser todo un acontecimiento, está resultando más que complicado. Las caóticas obras de rehabilitación y la emergencia sanitaria del coronavirus han hecho que los actos programados se hayan tenido que ir aplazando y ahora todo está en el aire. Sin embargo, el director, Fernando Garea, es optimista.

-Se les está poniendo cuesta arriba el aniversario.

-Sí, pero yo siempre recuerdo que las cosas en el Fogar nunca son fáciles porque es un centro muy grande y todos los años hay algún problema un poco complicado o acontecimientos sensibles. Tenemos un alumnado muy amplio y, por lo tanto, muy variado y eso se nota. Siempre digo que un año en el Fogar vale por tres en otro lado, pero para bien. Es una suerte haber tenido y tener un alumnado tan maravilloso y ver ahora como andan por el mundo. A veces intimida un poco. A principios de curso te encuentras con 50, 60 o 70 docentes delante, con muchas caras nuevas, y piensas que será un año difícil, pero al final va bien. El viernes nos despedimos con una sensación extraña, como en el resto de España. Cuidaos mucho que en 15 días tenemos que volver a vernos, nos dijimos. Eso quizá nos viene del nombre, de Fogar.

-Es lo que les faltaba después de las obras. ¿Cómo van?

-Yo creo que están en la fase final, con los remates. Creo que a lo largo del mes de abril irán acabando.

-Y encima se les jubila el conserje.

-En noviembre, por lo que este es su último curso escolar. Lleva 26 años y forma parte de la historia del centro. Liso no estudió aquí, pero se marchó muy joven a la emigración y cuando volvió ya se incorporó a este puesto. Han pasado muchas generaciones y para él, como para otros, la vinculación es tan grande que es como si el centro fuera su casa. Es una de esas personas que han hecho que el Fogar tenga identidad propia.

-¿Qué tenían programado?

-Antes del final del trimestre queríamos ofrecer una conferencia sobre las escuelas hogar de los años 70, pero no damos empezado. También una pequeña celebración para homenajear y recordar a todas esas generaciones de alumnos, profesores y padres. Calculamos que en 50 años han pasado por el Fogar de 35.000 a 40.000 personas, entre docentes y estudiantes. Eso es como si fuera un pueblo, incluso más grande que Carballo. No creo que haya ninguna persona que no estudiara aquí o que no tenga vínculos familiares. Cincuenta años son muchos años y este era un centro comarcal. Fue de los primeros de este tipo, junto con los de Sarria y Betanzos.

-¿Qué importancia tuvo?

-Dio oportunidades a mucha gente para formarse. Los nacidos a finales de los 60 o a principios de los 70 pudieron hacer cosas que no estaban al alcance de sus padres, una generación que dejaba de estudiar con 14 o 15 años. De golpe hubo un montón de universitarios y el Fogar está vinculado a eso.

-¿Fue alumno del Fogar?

-No, yo nací en 1964. De alguna forma la antigua EGB fue un hito educacional para mucha gente, incluso para los que no tenían un nivel de vida muy elevado. Mi madre, con tres hijos y viuda de un marinero, nunca hubiera pensado que todos irían a la Universidad y eso fue gracias a la ley general del 70, de la escolarización hasta los 14 años. Esa es una de las cosas que queremos celebrar en el aniversario.