La igualdad efectiva pasa por acabar con la socialización diferencial

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana García

Es la conclusión a la que llegaron las participantes del foro sobre empoderamiento

08 mar 2020 . Actualizado a las 21:50 h.

«A un home preguntaríanlle nunha entrevista de traballo se ten pensado ter fillos?». Esta fue una de las reflexiones lanzadas por la concejala de Igualdade de Carballo, Maica Ures, en la mesa redonda sobre empoderamiento de la mujer de La Voz de Galicia y el Concello de Carballo. Junto a ella: Verónica Bolón, profesora en la UDC; la pintora Milagros Cotelo; Esther Fernández, jefa de producción de Calvo, y Lupe Blanco, regueifeira y monitora deportiva.

A la pregunta formulada inicialmente hubo una respuesta unánime: no. Y también algunas claves que ayudarían a que un posible embarazo no fuese razón para no contratar a una mujer para un puesto para el que está sobradamente capacitada. Equiparar bajas de maternidad y paternidad, propuso Esther Fernández; que las opciones de conciliación vengan impuestas por ley, y no por iniciativa de la empresa, sugirió Lupe Blanco; y, sobre todo, educación, educación y más educación. En ese aspecto incidió, sobre todo, Verónica Bolón, que explicó el proyecto Inspira STEAM, al que acaba de unirse la UDC, para promover las vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas de los centros educativos de la provincia.

Bolón, ingeniera informática y profesora en la Facultade de Informática de la Universidade da Coruña, aseguró estar «ampliamente rodeada de hombres» y que en su facultad únicamente un 13 % de los estudiantes son chicas. Un porcentaje similar al de investigadoras especializadas en su campo de estudio, la inteligencia artificial. «Moitas veces considéranse ás enxeñarías como carreiras de homes», señala, y de ahí la importancia de desmentir esta idea desde edades tempranas y fomentar las vocaciones científicas de las niñas.

Ampliamente masculinizada está también la industria conservera, como confirmó Esther Fernández: hay mucha mujer como mano de obra, pero poca en puestos de mando. Y ya ni hablar del campo deportivo: «As mulleres estamos relegadas ás actividades dirixidas. É moi difícil vernos levando unha sala de musculación, pois enseguida che din ‘‘ti que saberás’’ ou ‘‘ti non vas poder con este peso’’. Tampouco se ven adestradoras en equipos de fútbol, de balonmán...», explica Lupe Blanco, para quien la regueifa ha servido casi como una vía de escape en la que dar voz a sus reivindicaciones: «Podes tocar moitos temas e parece que che fan máis caso por medio da regueifa, por iso tamén me gusta levala aos colexios», contó.

Con nombre de mujer

«O meu problema non é só ser muller, senón ser muller e discapacitada». Así de contundente se presentó Milagros Cotelo ante sus compañeras de debate. Aun así, asegura nunca haberse sentido discriminada ni por un motivo, ni por el otro, «aínda que hai bastantes máis homes ca mulleres na pintura».

Por su parte, concejala de Igualdade de Carballo y licenciada en Ciencias Políticas, Maica Ures, reflexionó al inicio del debate sobre el papel femenino en los cargos públicos: «A política está cambiando con nome de muller. Pasamos a ter tres alcaldesas na Costa da Morte. Os cambios fanse pedriña a pedriña».

«Pos as gafas violeta e ves condutas non tan normais»

El emprendimiento fue uno de los conceptos que surgieron a la hora de abordar los retos de la mujer en un área a medio camino entre el rural y lo urbano como es Carballo. La jefa de producción de Calvo, Esther Fernández, incidió en el emprendimiento como vía de liberación y en la necesidad de no condicionar el futuro de las niñas desde edades tempranas educándolas en igualdad ya desde el hogar. «Ás nenas e tamén aos nenos», puntualizó Milagros Cotelo, «para que vexan á muller como o seu igual». La pintora considera que esta es una materia que ya se está abordando en los centros educativos, pero a nivel familiar sigue siendo, en muchos casos, una asignatura pendiente.

Maica Ures habló, en este sentido, de la socialización diferencial y de la «marquiña» con la que ya se etiqueta a los niños nada más nacer: «Á nós ensínasenos a ser doces, coquetas e a centrarnos nos coidados; a eles doutro xeito, edúcaselles na violencia. Normalizamos a conduta patriarcal, pero unha vez que pos as gafas violetas ves condutas que non son tan normais», explicó.

Por ese motivo incidió Verónica Bolón en lo importante que es empoderar a las niñas para que escojan su futuro profesional con libertad y sin estereotipos de género que las condicione. «Que non deixen unha opción polo camiño polo feito de ser muller», recalcó.

En la situación específica de la comarca ahondó Lupe Blanco, que calificó de «reducida» y poco variada la oferta laboral que hay para las mujeres, lo que conduce a la marcha o incluso emigración, y a la aceptación de puestos precarios que no ayudan en nada a la conciliación familiar.