El frío dispara el precio de verduras y hortalizas y pone en jaque las praderas

Hasta dos euros pedían ayer en el mercado semanal de Carballo por un manojo de grelos, un precio muy elevado para esta verdura. La pieza de repollo procedente de Soutullo y de buen tamaño, alcanzó la misma cotización. Se trata de subidas importantes que responden a la escasez que están provocando las bajas temperaturas. Resulta muy complicado obtener algún resultado bueno de las plantaciones al aire libre. Solo salen adelante los cultivos bajo abrigo.

Así lo explican los labradores que ayer acudieron a la plaza del Concello de Carballo. Pocas hortalizas y menos verduras entre la oferta. Fue una jornada de escasa actividad tras el festivo con el que arrancó el año.

Solo las patatas se están beneficiando de esta situación. El frío contiene las plagas y mejora la conservación en almacenes. Hay todavía mucha cosecha que vender, pero los precios se mantienen altos. Los tubérculos de mayor calibre rondaron ayer entre 70 y 80 céntimos por lo que respecta a la variedad Kennebec, la más frecuente en la zona. La Fina de Carballo, que pronto será introducida la indicación geográfica protegida Pataca de Galicia, llegó a los 1,4 euros. Lo normal que es cueste el doble que la otra, pero esta cotización también es muy elevada para esta época del año.

Forraje

Para los ganaderos, este frío también es sumamente negativo. A causa de las lluvias del otoño la campaña de las praderas y también las de las hortalizas forrajeras fue muy retrasada. Todo el proceso se inició un mes más tarde de lo habitual porque los ganaderos ni siquiera podían entrar en los campos para realizar los trabajos. Finalmente, en unos días de tregua en noviembre, se realizaron las plantaciones. Fueron menos de lo necesario. Sin embargo, lo que preocupaba más a los profesionales del sector era la germinación, que sí se produjo, y el crecimiento inicial de la planta que es el momento de mayor vulnerabilidad.

Al retrasarse el ciclo todos sabían que podían llegar las heladas en el peor momento, algo que finalmente ha pasado. Las temperaturas en los últimos días del pasado año han sido muy bajas, tanto que están poniendo en jaque las praderas. Habrá que ver cómo evolucionan los cultivos, pero ya se nota que hay brotes muy dañados.

Desde ayer la situación se ha moderado, pero será difícil recuperar algunas áreas, sobre todo las más frías. El hecho de que el suelo esté tan lleno de agua tampoco ayuda, ya que hace que la temperatura de la tierra esté por debajo de lo normal.

La temperatura de la tierra apenas ha superado los 8 grados los últimos días del 2019

 

Desde el día de Navidad hasta la primera jornada de este año la temperatura del suelo en la Costa da Morte ha ido bajando, según los registros de las estaciones meteorológicas que hay en la zona. La víspera de Fin de Año se alcanzó el nivel más bajo, con apenas 8,1 grados en el municipio de Zas, pero en Bergantiños tampoco ha estado más templado. De hecho, no se han superado los 9 grados desde el 28 de diciembre, cuando lo normal en invierno es que esté por encima de los 11 grados.

Las bajas temperaturas también han estado en el ambiente. De hecho se han acumulado muchas horas de frío, por debajo de los 7 grados. El primer día de este año en A Gándara (Vimianzo) se registraron más de 19 horas en esa situación. En Bergantiños sucedió algo similar. La del 27 fue la jornada con menos calor.

Además, desde la Navidad hubo valores medios realmente bajos, que no llegaron a los 7 grados, aunque a mediodía el sol logró calentar el ambiente.

Hielo

Esta situación es bastante negativa para la huerta y ayer era visibles en las verduras de hoja que estaban a la venta en el mercado semanal de Carballo los estragos que el hielo ha hecho, sin embargo, está siendo positivo para hacer frente a algunas plagas como la de la polilla guatemalteca.

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