Hace ya casi un mes, en los días previos al puente de la Constitución, en España era noticia que las gasolinas subían aprovechando la llegada de esos días vacacionales. Nada extraño, por otra parte, eso de que se vayan a incrementar los viajes por carretera para que aumenten las tarifas de las gasolinas. Pero, curiosamente, la Costa da Morte permanecía ajena a esas fluctuaciones. Y llevaba ya bastantes semanas con mínimos cambios. Por ejemplo, el 28 de noviembre el litro de gasóleo A más barato se pagaba en la comarca a 1,149 euros en una gasolinera de Carballo, y el más caro a la 1,275. Eso, a precios fijos, los que aparecen cada día en el portal del Ministerio de la Transición Ecológica. Otra cosa son los descuentos, donde los hay, las tarjetas de fidelización y otras promociones que pueden rebajar la factura, al margen de que no es lo mismo llenar el depósito allí donde hay quien lo sirva, con otros mucho servicios, que tener que hacerlo uno mismo y no tener, por ejemplo, un baño al lado.
Según esos mismos datos, el gasóleo A más caro se pagaba ayer a 1,315 euros el litro en una gasolinera de A Trabe, y el más barato, a 1,179 en una de Carballo. Son, por arriba, cuatro céntimos más en apenas un mes, superada además de largo esa barrera psicológica de 1,30. No está lejos el 1,34 que se alcanzó en septiembre del 2018, la cantidad más alta en los últimos seis años en la comarca. Y desde luego sí queda ya muy lejos el 1,10 que hasta no hace mucho se abonaba en algunas estaciones.