La polilla de la patata ha llegado a tres parroquias de Carballo y A Laracha

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

No se podrán realizar plantaciones en Lendo, Caión y Noicela

29 nov 2019 . Actualizado a las 21:49 h.

La Consellería de Medio Rural anunció la próxima publicación en el Diario Oficial de Galicia de la declaración por la que las parroquias de Lendo y Caión, en A Laracha, y Noicela, en Carballo, pasan a formar parte de las áreas declaradas como infestadas por la polilla de la patata.

Esto significa que no se podrán realizar plantaciones en esos municipio, que las partidas afectadas serán destruidas y que no podrá haber movimiento de tubérculos a granel fuera de las citas áreas. Comienza pues un período de al menos dos años de prohibiciones y limitaciones para los agricultores de esos lugares. En su mayor parte, las plantaciones en Caión, Lendo y Noicela son de autoconsumo, pero la aparición de las polillas en tres almacenes particulares supone un duro golpe para la Xunta, que daba por controlada la plaga y, sobre todo, para los productores de la zona.

Tanto A Laracha como Carballo forman parte del área de Bergantiños, protegida por la Indicación Xeográfica Protexida Pataca de Galicia. La zona costera no es una gran productora de este tubérculo, aunque sí la primera en la cosecha de la variedad temprana, que suele recogerse en junio. El próximo año habrá poca porque no se podrá plantar en las parroquias afectadas y habrá limitaciones en las adyacentes, consideradas ya zonas tampón.

Bolsa y etiqueta

Las patatas solo se podrán comercializar embolsadas y etiquetadas para el consumidor final y los agricultores de Lema, Vilela, Rebordelos, Lemaio, Cabovilaño, Torás, Monteagudo y Sorrizo, que lindan con las parroquias afectadas, tendrán que comunicar, inmediatamente después de la siembra, todas las parcelas cultivadas. Además, deberán aplicar en cada una de ellas un tratamiento fitosanitario durante toda la fase de tuberculización, antes de la cosecha y no podrán utilizar las patatas para siembra mientras no se haya erradicado la plaga. Otra medida que deberán tener en cuenta es que el transporte de las patatas solo podrá realizarse en vehículos cerrados o cubiertos con una malla.

La situación es muy preocupante porque la plaga se acerca peligrosamente al interior del municipio de Carballo y, sobre todo, a Coristanco, donde la producción de patata de calidad es medio de vida para muchas familias y donde se está tramitando la creación de una marca de calidad propia con el nombre del municipio. También supone un gran problema para los agricultores ecológicos, ya que en el caso de que el área tampón se extienda hasta donde se encuentra, también en A Laracha, podrían complicárseles mucho las cosas, ya que el control de la plaga implica la aplicación de productos que no están aprobados por el Craega.

Habrá que esperar hasta la publicación de la declaración oficial de zona afectada para poder conocer concretamente las medidas que piensa aplicar la Consellería de Medio Rural y a qué parte del territorio de los municipios de Carballo y A Laracha podrían afectar.

En detalle

Área afectada

Zona tampón. Medio Rural considera así las parroquias limítrofes con las afectadas. En el municipio de Carballo serían las de Lema, Vilela y Rebordelos y en A Laracha, Lemaio. Cabovilaño y Torás. En Arteixo serían las de Monteagudo y Sorrizo. De momento no se sabe si las medidas de la Xunta afectarán a todo el territorio o solo una parte. En el caso de Muxía la protección alcanza cinco kilómetros desde el límite municipal.

Plan de acción

Red de trampeo. Se realizará teniendo en cuenta el nivel de infestación de los almacenes de cada una de las parroquias, la distribución del cultivo de la patata, la capacidad de la polilla de propagarse de forma natural, el número de capturas y los vientos dominantes en cada parroquia, además de otros factores. En todo caso, Medio Rural asegura que las trampas con feromona específica se instalarán en el interior de los municipios afectados. Hasta el momento es el sistema que se ha utilizado en otras zonas, como es el caso de Muxía.

Aislamiento. Las zonas afectadas por la presencia de polilla guatemalteca pueden dejar de estarlo, pero para ello es necesario que pasen dos años desde que se han detectado los positivos. En ese tiempo no se podrá plantar ni mover las patatas que ya están en los almacenes, pero que no presentan indicios de haber sido afectadas.

La Polilla Guatemalteca

Lepidóptero. La Tecia solanivora Povolny tiene una gran capacidad reproductiva que aumenta en ambientes secos y en temperaturas más o menos elevadas.

Huevos. Una hembra de esta especie pone entre 200 y 500 encima de la propia patata, en los rincones de los almacenes o en los pliegues de los sacos. De ahí la importancia de la limpieza y la desinfección de las instalaciones afectadas.

Larva. Es el momento en que más daño hace puesto que se introduce en el tubérculo haciendo un agujero inapreciable a simple vista. Dentro de la patata se alimenta y crece. Pasa entre 30 y 45 días abriendo galerías.

Pupa. La larva pasa en este estado entre 7 y 15 días, preparándose para convertirse en insecto, en la polilla.

Mariposa. Es la polilla propiamente dicha. Tiene costumbres nocturnas y es de vuelo corto, por lo que pone los huevos en su entorno. Los machos son los que caen en las trampas con feromonas.

El levantamiento de las prohibiciones le queda aún lejos a los productores de Muxía

Hace solo unos meses las trampas de control colocadas por la Xunta de Galicia en el entorno del núcleo de San Martiño de Ozón, donde se detectó el epicentro de la plaga de la polilla guatemalteca en Muxía, seguían recogiendo insectos. Cierto es que en mucha menor medida que en los momentos iniciales, pero su simple presencia ya determina algo importante: que la plaga no se ha erradicado y, por tanto, es necesario mantener activas las prohibiciones.

Como explicaba el jefe del Servizo de Sanidade e Producción Vexetal de la Xunta, Víctor Novo, es necesario que pasen como mínimo dos campañas sin detectar ninguna polilla para que se pueda evaluar la posibilidad de levantar las restricciones.

Esto es, a escasas semanas de arranque de nuevo la temporada de siembra para los productores más madrugadores, los que plantan las que se conocen como «patacas de cedo», de manera muy mayoritaria para consumo doméstico, en Muxía ni siquiera se pueden plantear la posibilidad de hacerlo. Del mismo modo, en la calificada como zona tampón, que en este caso incluye los municipios de Cee, Corcubión, Camariñas, Carnota, Dumbría, Fisterra y Vimianzo, se mantendrá la obligación de declarar las plantaciones.

Entre tanto, la Xunta de Galicia, que lleva gastados más de dos millones de euros en indemnizaciones para contener la plaga ha completado el abono a los productores muxiáns, salvo casos excepcionales en los que no fue posible por cuestiones administrativas. Durante la pasada campaña se recogieron en el municipio 136 toneladas de producto, la mayoría, 74.353 kilos de consumo, y el resto repartido entre semilla y lo ya plantado.