La carballesa APunto 24 horas camina hacia los diez años como referencia en el sector. Tiene 50 puntos de venta y pronto aumentará su oferta de alimentación
28 jul 2019 . Actualizado a las 05:09 h.Tienen medio centenar de puntos de venta distribuidos por las provincias de A Coruña y Pontevedra, tanto en las ciudades como en los pueblos de mayor tamaño. Ourense es su próximo objetivo y en el 2020 podrían plantarse incluso lejos de las fronteras de la comunidad. Es la resumida realidad de una empresa gallega que aún no ha cumplido ni diez años.
El origen de Apunto 24 horas está en un quiosco de toda la vida de la localidad coruñesa de Carballo. Una pequeña tienda que llevaba diez años sin actividad. Por circunstancias de salud, Marcos Eirís cambió de rumbo laboral y le dio una nueva vida al punto de venta que había regentado su madre. «Lo que hice fue instalar allí una máquina. Así, de esa forma tan sencilla, empezó todo», explica este carballés, administrador de esta compañía de vending.
APunto 24 horas se extiende ahora por parte del territorio gallego con una fórmula que parece simple. «Alquilamos los locales, hacemos la reforma y lo gestionamos. Todo lo hacemos nosotros, no somos franquicia. Prestamos un servicio de 24 horas, siete días a la semana, con el objetivo de caminar siempre hacia la innovación. Por ejemplo, estamos mejorando las formas de pago para que los clientes puedan recoger los productos que compren en las máquinas con el teléfono móvil», explica.
Dentro de sus coloridos locales hay un conjunto de máquinas con todo tipo de contenido. Desde las clásicas a las que más llaman la atención. A disposición del cliente, snacks, cafés, chocolates, comida caliente, papel de fumar, preservativos o incluso productos eróticos.
«Lo que más rotación tiene es lo clásico, pero si esos productos menos habituales están en las máquinas es porque se venden. Nuestro objetivo ahora es incorporar aparatos con fiambres loncheados, pan o productos de limpieza». Y es que la facturación de APunto 24 horas no deja de crecer. La previsión es cerrar este año 2019 en los seis millones de euros.
«Nuestro almacén central está en Carballo, pero ahora estamos ampliando capacidad con unas instalaciones nuevas de 4.500 metros. Estamos casi triplicando el espacio en vista de la previsión que tenemos. Allí tendremos un obrador. Queremos tener cada vez mejores sándwiches o ensaladas listas para consumir. La intención es caminar en esa dirección, incluso hacia ofrecer productos que la gente se lleve a casa para elaborar. Buscamos tener lo mejor», explica Marcos Eirís. Ahora mismo, una compañía ya fabrica los bocadillos que venden sus máquinas, con su propia marca, pero buscan seguir mejorando. Su trayectoria les dice que estas tiendas autoservicio tienen una gran aceptación entre los jóvenes y no tan jóvenes. «Nuestra clientela habitual está entre los 20 y los 45 años», comenta. «No son solo las personas de menos edad las que nos eligen».
Actividad constante
Detrás de esos puntos de venta llenos de máquinas y sin personal que atienda de forma directa está un equipo de más de 20 personas. Desde especialistas en compras o almacén, hasta repartidores. «Estoy muy orgulloso de mi equipo. Desde luego, de todos ellos, yo soy el peor», explica riendo Marcos Eirís. «Las máquinas envían de forma automática su pedido de noche y el personal de almacén va preparando aquello que hace falta. Los repartidores llegan muy temprano por la mañana y comienzan la ruta». Las máquinas también reportan todo tipo de incidencias. En los locales no hay personal, así que están vigilados las 24 horas. «Creemos que gran parte del futuro de la venta va en esta dirección. Por ejemplo, la gente joven casi prefiere comprar sin que nadie les vea la cara. Sin dependiente de por medio. Sobre todo en algunos productos como pueden ser los preservativos. Prefieren adquirirlos en una máquina», sentencia Eirís desde la dirección.