Ambiente tranquilo, y como siempre multitudinario, en el cierre carballés
01 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El San Xoán de Carballo ya es historia, tras una semana muy intensa que ha estado, en parte, marcada por la lluvia, especialmente el multitudinario concierto de Blas Cantó. También ayer se notó, sobre todo en los primeros momentos, en la Festa do Bosque (por la tarde ya no), de ahí que la vestimenta más habitual de los participantes fuesen los anoraks o las prendas de abrigo, y sobre todo las carpas, plásticos y hasta tiendas repartidas por todo el espacio del entorno del río Anllóns (el antiguo coto de O Añón de don Sancho, de la parroquia de Bértoa), en celebración conjunta. Como siempre, tranquila, animada por momentos, con decenas de puestos de amigos, grupos, asociaciones y visitantes en general en una larga franja protegida por los árboles. Las comidas, también como siempre, fueron el hilo conector y conductor, pero sin olvidar el amplio programa. Y de música, ya desde la sesión vermú con Os Trastes de Cances, pero también el concurso de sobremesas y licores que patrocina San Luis, los juegos tradicionales, el campeonato de los barcos de papel, la música de baile, los varios puestos repartidos por la zona, y siempre los paseos de ida y vuelta junto al cauce o desde Carballo.
Ambiente, en fin, de romería de siempre, sin la parte religiosa, ni fuente para dejar pañuelos que sanen las verrugas (aunque las celebraciones de la amistad también calman mucho el estrés y rebajan las tensiones), pero sí de camaradería y confraternidad. Y, por cierto, en un terreno que en pocos años será ya plenamente municipal.