Carballo podrá declarar zonas especiales de protección acústica

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

La ordenanza contra el ruido prevé la adopción de medidas excepcionales

29 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Habrá que ver cómo se desarrolla, pero la futura ordenanza municipal de protección contra la contaminación sonora en Carballo prevé la declaración de zonas de protección acústica especial, en las que se incumplan los objetivos de calidad de ruidos, y con el objetivo de reducir sus niveles. Aunque ya se establecen unos requisitos, pasos a seguir y procedimientos de actuación cuando esto se produzca, no parece osado sospechar que este tipo de medidas excepcionales podrían aplicarse a áreas como, por ejemplo, la de los Baños Vellos, donde está la mayor concentración de locales de ocio nocturno de la localidad (y de la Costa da Morte), pero en general a cualquier foco de ruido molesto.

Cuando esa declaración de protección acústica especial ocurra, tras superar todas las medidas (la ordenanza es muy garantista), será el momento de tomar medidas correctoras, y en un sentido amplio: «O plan zonal específico conterá, ademais das medidas correctoras a aplicar aos emisores acústicos e ás vías de propagación, os responsables da súa aplicación, cuantificación económica e proxecto de financiamento».

¿Y qué medidas se podrán aplicar entonces? Muchas: «Instalación de barreiras acústicas, illamentos de fachadas, aplicar restricións horarias e/ou de emisións para obras na vía pública ou en edificacións, para vehículos a motor, para actividades ou outros emisores acústicos concretos, actuacións sobre as vías de propagación (como o pavimento das estradas), fomento de información ambiental aos cidadáns ou calquera outra medida similar que favoreza unha redución dos niveis de ruído». La casuística recogida es muy amplia: la suspensión de licencias de actividad y presentación de comunicaciones previas que podrían agravar la situación, imponer una restricción de horarios para el desarrollo de las actividades responsables de esos elevados niveles de contaminación acústica, la prohibición o limitación horaria de la colocación de mesas y sillas en la vía pública (o la retirada temporal del permiso para hacerlo); delimitar calles en las que no puedan circular determinadas clases de vehículos a motor, o solo determinadas horas (salvo residentes) e incluso de velocidad, y cualquier otra medida que se considere adecuada.

De momento, la ordenanza es un borrador, al que los ciudadanos pueden aportar sugerencias o comentarios. Posiblemente se apruebe en septiembre, y entre en vigor a finales de año.

«Non tolerables»

La ordenanza contra el ruido es larga y muy minuciosa. Hay párrafos que, por sí solos, ya la justifican, por las descripciones y por las sanciones en caso de incumplimiento. Por ejemplo: «A produción de ruídos e vibracións que supoña unha superación dos límites que esixe a presente ordenanza non terá a consideración de comportamentos veciñais tolerables. En concreto queda prohibido por considerarse condutas non tolerables [...] as actitudes de berros, golpes, festas, bailes, cantos, traballos, reparacións, movemento de mobiliario, ruído de animais, utilización de bucinas ou de instrumentos musicais e outras de similar natureza, superando os valores límite que establece a lexislación. Considéranse especialmente gravosos os citados comportamentos cando teñan lugar en período nocturno». La clave, claro, está en saber dónde está el límite máximo de cada aspecto, y para eso también se regulan los valores en decibelios y la manera de medirlos.

«A ordenanza, que se aplique»

Agustín Trigo Vitureira vive na rúa da Estrela, na que ademais ten o seu comercio. Di que xa está cansado de protestar tantas veces, sen éxito. «Xa non sei cantas reunións fixemos en 40 anos. Fomos moitas veces ao Concello, levamos firmas, e nada», se queja. Asegura que soportan un elevado nivel de ruido, y eso incluye a los clientes del balneario, «que veñen a descansar, e moitos quéixanse, e pregúntanse como é posible isto». Los locales suelen tener mucho volumen, «pero peor son os berros da xente, cando se xuntan 7, 8 ou 10 persoas a ver cal berra máis. E os aceleróns e as derrapaxes dos coches», añade, todo ello de madrugada. En muchas de las veces que se ha quejado le dijeron que todos tienen que trabajar y vivir. «Si, pero as dúas partes, non só unha». Añade más problemas, desde la suciedad («moitas mañás hai que limpar vómitos»), hasta cómo se han desvalorizado los pisos. También protesta por que a veces hay locales que tienen la música muy alta todo el día, en horario diurno y nocturno. A la vista de la futura normativa, es algo escéptico: «A ordenanza está ben, si, pero que se aplique», reclama.