A treinta kilómetros por hora y con enchufe por Carballo

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

COMUNICACIONES | Crónica de la prueba de un vehículo eléctrico por el centro y alrededores de la localidad: silencio absoluto, comodidad, aceleración impresionante y falta de puntos de recarga. Desde este mes hay un nuevo plan de ayuda para la compra de este tipo de automóviles

07 mar 2020 . Actualizado a las 19:03 h.

El uso de los coches eléctricos, ya sean 100 % o híbridos enchufables, no para de crecer. Queda un largo camino por delante, pero no hay vuelta atrás. Y la comarca aún está a mucha luz de distancia de ese futuro: apenas hay puntos de recarga, y el único público disponible (con dos tomas), situado en el Rego da Balsa de Carballo, lleva seis meses instalado, pero no funciona por falta de enganche eléctrico. Una paradoja que resume muchos de los problemas que siempre han caracterizado la Costa da Morte.

Tampoco la oferta de vehículos es elevada, pero crece mucho. Casi todas las marcas tienen o van a tener vehículos disponibles. Uno de referencia es el Nissan Leaf, el modelo eléctrico más vendido en España y Europa el año pasado, y uno de los que más del mundo.

Puede verse y probarse en Dimolk, que ahora también tiene Nissan Antamotor, con sedes en A Coruña y Ferrol y en breve un gran espacio en las instalaciones carballesas. Hay más modelos eléctricos (Peugeot y Nissan ofrecen más variedad), pero el Leaf es sin duda la estrella. Y una gran sorpresa para un conductor habitual de turismos diésel y antes gasolina: silencio absoluto, salvo la inevitable rodadura. Y más si se tiene en cuenta que el recorrido -como ahora todos los vehículos por el casco urbano- tuvo que hacerse a un máximo de 30 por hora (salvo la salida a la autopista y vías interurbanas). Así que entre el mutismo total del coche y la baja velocidad, las conversaciones en el interior se hacían casi susurrando. Un buen punto de partida para la conducción relajada.

Este tipo de vehículos enamora, a pesar de que los precios aún no son bajos (justo este mes acaba de publicarse una línea de ayudas de la Xunta, el plan Moves, muy interesante para particulares y empresas) y la recarga hay que hacerla de momento en casa y calcular bien las escalas. Las cargas, en todo caso, son baratas, y el consumo, igual: entre 50 céntimos y un euros cada cien kilómetros (depende de muchos factores). También será necesario familiarizarse con otros términos, sobre todo cambiar litros por kilovatios. Y mirar mucho a las pantallas: la autonomía que falta, el gasto constante... El Leaf de la prueba da 270 kilómetros en uso combinado y 389 en ciudad. El modelo Leaf E ya sube a 385 y 528, respectivamente.

¿Y un eléctrico corre? Fuera de esos 30 de rigor (o 20) por Carballo, vaya si corre. El coche de la prueba es de 110 kilovatios (equivale a 150 caballos normales), y vuela en el modo no ecológico. Si hace esto este auto, ¡qué no hará el E o un Tesla de alta gama! Cuando suelta toda la potencia al acelerar, con entrega de par total, el conductor se va hacia atrás. Ya no por correr, pero en un adelantamiento o una maniobra equivocada esto puede salvara uno de muchos apuros.

El coche también da la opción del e-pedal: si se acelera, avanza; si se suelta, se frena. Todo e acostumbrarse, lo mismo que al cambio: hacia atrás, avanza; hacia delante, retrocede. Cambiar el chip es básico, lo mismo que olvidarse del pie izquierdo, ya que no hay embrague, solo un freno de mano que no es de mano, sino de ese pie. Si a todo esto se une un despliegue tecnológico que ya tienen muchos otros modelos de combustión, la sensación es la de tocar el futuro. Salvo que se agoten las baterías: habrá que volver al viejo recurso de empujar a un lado.