Una pareja alemana duerme desde hace 3 meses en la estación carballesa

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Pese a los intentos de Servizos Sociais y Cáritas, no han aceptado las ayudas

03 abr 2019 . Actualizado a las 15:20 h.

«Tanto Cáritas coma nós fixemos o indicible por axudarlles en numerosas ocasións, pero non houbo maneira», explica resignada Maica Ures, responsable del área de Servizos Sociais de Carballo. Se refiere a una pareja de jóvenes alemanes que llevan ya tres meses durmiendo en la estación de autobuses, junto a los andenes, pegados al edificio principal. Ellos y sus dos perros. Antes estuvieron un tiempo parecido en A Coruña, justo antes, otros tres meses en Carballo, y en el mismo sitio. En la actualidad, solo aceptan alguna ayuda de Fina Lois, una mujer que desde el local que gestiona en la calle Vila de Corcubión, presta apoyo de todo tipo a personas necesitadas.

Fue el lunes por la noche cuando la mujer, Yasmine Varela, estaba con Fina para llevarse un justificante de un viaje en bus a A Coruña. El apellido Varela corresponde a su padre, que emigró a Alemania, donde se casó con su madre. Un progenitor murió en el 2014, y el otro, en el 2015. Ella, hija única, decidió venirse para España con su marido, con la confianza de que tenía una casa en Buño, heredada en testamento. Pero no ha sido así. Relata que no pudo acceder a ella y que el tema está en el juzgado de Carballo. Su dominio del castellano es, o parece ser, escaso, de ahí que a veces se haga difícil entender su historia, sin duda llena de matices. Ese problema lingüístico puede estar detrás de una de las quejas que formula reiteradamente: la falta de ayuda. Y eso es lo que insiste en pedir. Se queja de que los han enviado de un sitio a otro, pero sin resolver nada. Así que se ganan la vida pidiendo por la calle.

Ures señala que el tema es conocido en su área, con intentos «en numerosas ocasións» para resolver su situación. «Esgotouse todo o que puidemos facer, pero non se lle pode axudar a quen non quere», lamenta. Incluso se auxiliaron de un traductor de alemán. Ni en este caso ni en otros se puede aportar dinero en metálico a quien lo necesita: lo que se hace en casos extremos es echar una mano con un alquiler, vales de alimentos, gafas... «Nunca se lle dan cartos a ninguén, búscanse alternativas», señala la edila. Y esas opciones fueron descartadas por los beneficiarios, dice.

El fenómeno de los vagabundos que duermen en Carballo, algo insólito hasta hace pocos meses, ya empieza a extenderse, con casos como el de un cajero en la Desiderio Varela empleado por un hombre hasta principios del mes pasado, otro (más accidental) en la avenida de Fisterra, y ahora esta pareja en la estación de autobuses. Los mendigos que van y vienen a Carballo, antes también anecdóticos, ya empiezan a ser tan frecuentes como en las ciudades.