«Veintiséis años después sigo amando mi profesión y quiero envejecer en ella»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

GENTES DEL FINIS TERRAE | La fisioterapeuta Carmen Mosquera prácticamente vive en los aeropuertos para no dejar de formarse en la materia

20 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Mi hija ha conocido muchísimas escuelas de fisioterapia por toda España», dice Carmen Mosquera (A Coruña, 1969). Y es que, últimamente, esta profesional ha pasado más fines de semana en aeropuertos que en su propia casa, «y todo ello por estudiar y seguir formándome», dice Mosquera, que en abril inaugurará la ampliación de su clínica en Carballo, en la que pretende implantar una unidad específica de espalda, además de un aula de divulgación en la que puedan formarse otros fisioterapeutas.

Lo suyo es pura pasión: «Veintiséis años después, sigo amando mi profesión y quiero envejecer en ella».

-En el campo de la sanidad nunca uno deja de formarse.

-La verdad es que no. Hace 26 años que acabé la Diplomatura y no he parado de hacer cursos y másters. Se trata de seguir intentando crecer en los conocimientos para ayudar a los pacientes.

-Tiene en Carballo un equipo bastante numeroso que la acompaña en su proyecto.

-Yo soy de la primera promoción de la Universidade da Coruña y cuando empecé pocas personas sabían lo que era un fisioterapeuta. Ahora las cosas han cambiado y la gente acude cada vez más a los centros. Una persona sola no puede abarcar todas las especialidades, por lo que cada vez vamos integrando a más gente en el equipo. Algunos llevan 14 años conmigo y estoy muy orgullosa de ellos.

-Si hace años poca gente conocía la figura del fisioterapeuta, hoy la situación es bien distinta.

-Y gracias a que cada vez somos más profesionales los que formamos parte de este colectivo y le damos visibilidad a este trabajo. Imagina: yo, hace 26 años, sustituí al primer jubilado gallego. Era una profesión joven en España, pero cada vez nos especializamos más y caminamos más hacia la investigación.

Hay, por ejemplo, algunas especialidades que son muy conocidas, como todo lo que atañe a los dolores musculares; pero después están las grandes desconocidas, como la fisioterapia respiratoria en adultos o el apartado cardiorrespiratorio.

-¿Hubo un tiempo en el que se creía que la fisioterapia era un tratamiento de lujo o vinculado exclusivamente a deportistas?

-La vinculación al deporte ha estado siempre ahí, porque hay muchos profesionales ligados a equipos y clubes. A día de hoy el paciente piensa: «Voy a acudir al fisioterapeuta porque me va a arreglar este problema?

-¿Con qué perfil de edad trabajan?

-A estas alturas tengo pacientes desde los 0 años hasta los 99. Hoy día muchos mayores prefieren tratarse [determinadas dolencias] en un centro si así se pueden ahorrar algo de medicación. En esto estamos ganando un pulso muy importante.

-¿Y qué hay de los pacientes con enfermedades de tipo cognitivo, como alzhéimer o demencias?

-En estos casos trabajamos con el sistema psicomotor, e incluso podemos hacer tratamientos paliativos. Sí que es cierto que cuando una persona deja de caminar, por ejemplo, para trabajar con ella es fundamental que mantenga la conciencia, sino es muy difícil devolverlos a caminar.

Es más, dentro de la fisioterapia respiratoria le debo mucho a una profesional argentina, porque siempre pensamos que en otros lugares están peor que aquí, y no es así. De hecho en zonas como Chile se ha implantado la figura del fisioterapeuta en el paso a la muerte, algo que aquí no se ha reflejado nunca. Aún nos queda un tiempo de ver y aprender de los demás: todavía no damos todo el abanico de posibilidades que podríamos ofrecer.

-¿Alguna vez algún paciente le indicó que preferiría que le atendiese un hombre «porque usted no tiene la fuerza suficiente»?

-Me pasó de jovencita [ríe], casi habría deseado tener arrugas hace años. Pero se acaban dando cuenta de que más vale maña que fuerza, en estos casos. Sí es cierto que hace 26 años, cuando yo salí, había un perfil de fisioterapeutas masculinos, porque todavía no había la carrera y en realidad era una especialidad de enfermería: las mujeres se iban para matronas, y los hombres, para fisioterapeutas. Hoy día, la gran mayoría de tituladas, somos mujeres.

-Está trabajando en un nuevo proyecto, que además verá la luz muy pronto.

-Si, 18 años más tarde de empezar mi proyecto he tenido la oportunidad de hacer una ampliación -no solo en espacio, sino también en especialidades - con el objetivo de hacer, entre ellas, una unidad específica de espalda. Por otro lado, también queremos lanzar una sala de divulgación por la que pasarían profesionales de otras partes de España (y esperemos que del mundo, también) para formar a otros fisioterapeutas. Y también para pacientes que quieran informarse de determinadas técnicas... Esperamos estar funcionando a pleno rendimiento a primeros de abril, en tres semanitas.