Vagabundos de paso por Carballo duermen en un cajero automático

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

SANTI GARRIDO

Los mendigos usan ocasionalmente la entrada de una entidad bancaria situada en la calle Desiderio Varela

12 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La clásica y penosa imagen de vagabundos durmiendo en el interior de la estancia reservada a los cajeros automáticos, tan asociada a las ciudades, pequeñas y grandes, también ha llegado a Carballo. De momento, solo asociada a la entrada de una entidad bancaria situada en la calle Desiderio Varela, de uso frecuente. Hace ya un tiempo que era relativamente frecuente ver a un hombre, de edad más o menos avanzada, pernoctar sobre unos cartones en la parte izquierda del acceso, con espacio suficiente para quien quisiera usar el cajero. Después se fue, y pasaron otros.

Aunque es complicado conocer las identidades de todos quienes han pasado o pasan por ahí, la mayoría son foráneos de paso, según los datos recabados entre varias fuentes vecinales, municipales y del centro social de la parroquia, aunque también es cierto que ha pasado por este lugar algún vagabundo de la comarca. En todo caso, no hay estadística real, ni posibilidad de hacerla: solo se detecta la presencia de alguno si se pasa por la calle a partir de la medianoche y uno se fija en el interior del banco. Y pueden pasar días sin que aparezca nadie. El sábado por la noche, por ejemplo, dormía un hombre más o menos joven.

En el área de servicios sociales del Concello no constaba ayer esta presencia, pero al igual que en ocasiones anteriores darán aviso a la Policía Local para que indague si esa situación persiste, y en se caso, informarle dela ayuda disponible, conforme al protocolo habitual.

El acercamiento se realiza siempre de manera amigable, pero los resultados no son satisfactorios en todos los casos: ya ha pasado más de una vez que los vagabundos rechazan la ayuda o se van a otra localidad al día siguiente, aunque vuelvan más tarde. Es un fenómeno además directamente ligado a la mendicidad, con visitantes regulares que poco a poco van cogiendo su sitio para pedir. La calle Desiderio Varela es uno de los lugares habituales de mendigo seguro. Y a veces da la impresión de que unos y otros se turnan, como explicaba ayer una vecina. En todo caso, se trata de un fenómeno casi impensable hace apenas un decenio, y ahora es raro el día en el que no hay cinco o seis hombres pidiendo por el casco urbano de Carballo.

Aun así, Carballo aún está lejos de situaciones que se ven en ciudades como A Coruña o Santiago, con muchos vagabundos durmiendo en la calle a diario.

Una mujer en el lavadero y un hombre en una casa abandonado

En Carballo, que alguien duerma en la calle es una excepción, dada la cobertura tanto pública como de Cáritas para las personas en situación de necesidad. Pero eso no quita que no haya habido ejemplos.

Uno muy llamativo fue el de una mujer nacida en Caión que estuvo dos meses durmiendo en un lavadero situado en la Rúa do Pan, frente al Pazo da Cultura. Allí acudía a pernoctar hace poco más de dos años, a finales del 2016 esta mujer de algo más de 50 años, vida difícil y carácter igualmente complicado, según señalaron entonces personas que la trataban o ayudaban a diario. Como en tantos otros casos, incluso rechazaba alguna ayuda que se le ofrecía. A veces, más que un problema económico -que también- detrás de todos estos casos, lo hay psicológico o psíquico, de inadaptación o ambos. Servizos Sociais logró sacarla de este pozo, pero no fue fácil, porque no se dejaba.

Hasta hace poco también un hombre nacido en el municipio de Malpica solía pernoctar en una casa abandonada de la rúa Mirtos. Ahora no, o al menos no lo parece, tal y como se veía ayer por la tarde la vivienda, ya totalmente despejada y limpia en todo su entorno.

Cáritas da techo a centenares de personas

Cáritas de Carballo ha dado techo, en algo más de seis años, a unos 700 transeúntes en el albergue reservado a las personas que habitualmente pasan por la localidad sin un lugar donde alojarse. En concreto, en su albergue para transeúntes Fogar de San Juan, un servicio único en la comarca (tampoco es que haya muchos más en la provincia) que se complementa con diversas viviendas que la entidad (en realidad, la parroquia es la que lo gestiona todo) tiene en el municipio, y que son fundamentales para muchas personas desfavorecidas. Lo cual no quita que no haya casi una red de transeúntes que van y vienen por toda Galicia y que aprovechan estos servicios gratuitos (y además, de gran calidad) para ir y venir constantemente a Carballo.

A quienes llegan a Carballo se les ofrece también la posibilidad de autoabastecerse e instalarse en la vivienda de larga ocupación de Sísamo, pero no hay mucha aceptación. También hay otras viviendas para familias necesitadas y aquellas reservadas a mujeres que sufren graves problemas personales.