Serafín Bermo: «Mi ilusión sería jugar en Tercera»

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

El defensa de Ribeira lleva tres años en la disciplina del conjunto de Carballo

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El ribeirense Serafín Bermo García es un apasionado del fútbol. Le encanta darle patadas al balón. En la actualidad es jugador del Sofán de Carballo. A pesar de que tan solo es un joven de 25 años, es todo un veterano, pues tiene en su currículo un ascenso a Preferente y disputó una final de la Copa da Costa. Dejó a su familia siendo un adolescente para estudiar en A Coruña, donde en la actualidad está haciendo un curso de barbería. Eso sí, siempre que puede regresa a la capital barbanzana para disfrutar de sus amigos y la familia.

-¿Cómo empezó en el mundo del fútbol?

-Tenía cinco años y me fui a jugar al Oleiros (Ribeira). Allí estaba un primo mío y me quedé. Además desde pequeñito era un culo inquieto y no paraba. Me gustaba darle patadas a un balón. Empecé en el fútbol porque mi padre también jugó y en mi casa siempre fuimos muy futboleros.

-¿No hubo otros deportes?

-La verdad es que sí. Hice también natación, tenis y atletismo, pero eran deportes que no me llenaban tanto. El fútbol es más divertido y dejé el resto para volcarme en el balompié.

-¿Cuál fue su trayectoria hasta llegar a Carballo?

-Los comienzos fueron en el Oleiros, pero en infantiles fiché por el Aguiño, con el que jugué la Liga Gallega. En cadetes regresé al Oleiros y cuando era juvenil pasé al Ribeira. El último año de esta categoría estuve en el Montañeros, pues me fui a estudiar a A Coruña y me quedaba cerca.

-¿Dónde dio el salto a la categoría sénior?

-Regresé al Oleiros porque allí seguían mis amigos, pero al año siguiente di el salto al Puebla. Pasé dos años estupendos. Fue increíble. El primer año jugamos en Primera, pero esa campaña conseguimos el ascenso a Preferente. Quizás la mejor temporada hasta el momento de mi carrera. Teníamos un grupo muy bueno. Éramos todos amigos. Incluso ahora quedamos para cenar juntos por lo menos una vez al año. Éramos una auténtica piña y sobre todo amigos. Al año siguiente bajamos por los arrastres.

-¿Cómo llegó al Sofán?

-Ya estaba en A Coruña estudiando y se pusieron en contacto conmigo. Me sorprendió mucho. Al principio era bastante reacio, pero al final me convencieron. Estuve hablando con ellos y me gustó el proyecto. Con esta es la tercera temporada que estoy aquí y la verdad es que me siento muy a gusto con el equipo, los compañeros, la directiva y la afición. Todos tienen un trato exquisito conmigo y eso se agradece. El primer día me acogieron de maravilla. El grupo es como una auténtica piña.

-¿Qué tal se les están dando los resultados?

-La verdad es que no me puedo quejar. El primer año quedamos por la mitad de la tabla y la pasada temporada también más o menos, pero ese año disputamos la final de la Copa da Costa.

-¿Y cómo fue esa experiencia?

-Fue algo fantástico. La gente vive con mucha pasión este torneo. En la final había más de dos mil personas, era increíble. Lo triste es que caímos a los penaltis.

-¿Cómo la recuerda?

-No tengo muy buen recuerdo. Pedí lanzar el quinto penalti. Le dije a los compañeros que tiraba el último que la quería liar. Vaya si lo hice. Si marcaba éramos campeones, pero lo fallé. Al final perdimos la copa.

-¿Cuáles son sus objetivos en el mundo del fútbol?

-Mi ilusión sería jugar en Tercera División para ver si soy capaz de dar la talla. Es una espinita que tengo clavada y me gustaría verla cumplida y si es en el Sofán mejor. Como cualquier jugador aficionado siempre piensas en poder llegar a ser profesional, pero soy realista y ahora mismo solo pienso en divertirme jugando y pasarlo bien y el resto si llega, bienvenido sea. Es muy difícil y lo que importa es el día a día, sobre todo disfrutar.