«Chegamos a facer funcionar unha moto cun cámping gas»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

FOTOS CON HISTORIA | LA TIENDA DE MOTOS DE LA CALLE VALLE INCLÁN | Las motos tuvieron mucha importancia en Carballo, tanto en ventas como en grandes corredores, como José Vilanova

24 feb 2019 . Actualizado a las 20:41 h.

La foto. Fue tomada en abril de 1964 por el fotógrafo carballés Pombo. Corresponde al interior de la tienda de motos (sobre todo) y motosierras Iglecan, que corresponde a los apellidos Cancela Iglesias. Ocupaba el bajo del número 16 de la entonces calle José Antonio de Carballo, hoy Valle Inclán. Tenía motos Derbi, Bultaco, Lambretta y Guzzi, toda una atracción para la época, de ahí que los grupos de amigos se pasaban de vez en cuando por el establecimiento. Era conocida también su furgoneta con el rótulo de motosierras Homelite.

BASILIO BELLO

Los protagonistas. El primero por la derecha, de pie, es Manuel Cancela Iglesias, el dueño, que había empezado con su hermano (fallecido en un accidente en la Praza de Galicia en 1962) en ese local cuatro años antes. Levantando la mano, también a la derecha, está el corredor y campeón José Vilanova Varela, y a su derecha, José Vales López. El mecánico Manuel Remuiñán está agachado, a su lado, y justo a continuación aparece Ricardo Vilas, con las dos manos en alto. Y, como Vilanova, levantando el dedo, al estilo Bultaco. El de la derecha y en medio vive en Venezuela, y el de la parte inferior izquierda falleció. El que está detrás de él reside en Carballo.

La historia. Carballo ha sido lugar de buenos corredores de motos hasta tiempos muy recientes, y ya de antiguo. Algunos pilotos destacaron mucho, como José Vilanova Varela, que fue campeón gallego de motocrós de 1963 a 1966. En la década de los 60 destacó mucho, así que la afición al motor también era importante. Ahí nacieron negocios ya míticos, como el de Motos Iglecan, en la actual calle Valle Inclán, de los hermanos Cancela Iglesias. Uno, José Che, campeón gallego en el 62, falleció muy joven, a finales de ese mismo año, y Manuel siguió con el negocio.

CEDIDA POR JUAN CANCELA

Había empezado ya en 1957, en la calle del Mercado, hoy Colón, donde está la tienda de Justo Lema, otra de las legendarias de la localidad. En el 60 pasó a la antigua José Antonio (Valle Inclán), porque quería estar cerca de la feria y el antiguo emplazamiento ya se le quedaba pequeño. Pagaban entonces 1.500 pesetas al mes de alquiler, en un local (obviamente renovado y cambiado varias veces) que lleva un tiempo sin actividad. Ahí estuvo funcionando desde octubre de 1960 hasta 1973, explica Juan Cancela, hijo de Manuel, que guarda todos los documentos de la época y empiezan a ser ya piezas de museo o al menos de archivo.

En 1965, Cancela había empezado con el negocio de los coches, primero en la calle Perú, y después en A Revolta, por eso el de las motos lo dejó en el 73, para centrarse en la Renault. Aun así, la marca Motos Cancela siguió hasta la actualidad por el traspaso en aquel momento a otros empresarios.

De estas y otras muchas cosas hablaron ayer varios de los protagonistas de una foto tomada en abril de 1964 en el interior de la tienda, con las Bultaco a la vista, aunque también llevaban Derbi, Lambretta y Guzzi. Las Bultaco arrasaban, y además corría con ellas José Vilanova. Ayer, para la foto, aportó una de las que conserva en su colección, una magnífica Bultaco Tralla 102 de 125 centímetros cúbicos, que se conserva impecable, y con la que ganó varias pruebas (corrió en velocidad y motocrós). Fue la gran atracción de la calle durante los minutos que estuvo con ella y sobre ella. En aquel taller hacían maravillas con las motos, retoques y arreglos. ¡Y hasta experimentos! Recordaba Manuel Cancela: «Chegamos a facer funcionar unha moto cunha bombona de cámping gas». Claro que el artificio llegó a oídos de la Guardia Civil y le prohibieron usarla, toda un pionera de los vehículos no contaminantes. Vilanova, que ahora tiene 76 años, recordaba ayer con nostalgia aquellos tiempos, sus andanzas con pilotos muy destacados como Pedro Pi o Jesús Saiz, e incluso el circuito de motocrós de A Milagrosa, donde el viejo campo de la feria, «que era un dos mellores de España». Este piloto estuvo mucho tiempo con Bultaco, y más tarde lo haría con Montesa.

Además de Vilanova y Cancela, ayer estaba en el mismo sitio Ricardo Vilas, activo participante en la vida social, política y deportiva de Carballo en los últimos cinco decenios.

También acudió al encuentro José Vales López, entonces convaleciente de un accidente con Bultaco Metralla. Después trabajaría en la Renault de Cancela, donde llegó a ser jefe de taller. Otro de los asistentes fue Manuel Remuiñán Pombo, mecánico, que estuvo pocos años empleado, y emigraría a Suiza. Aquel día coincidió de verlos, a ellos y a otros amigos, todos juntos, y llegó la foto, que ya quedó para la historia local.