«Las ciudades son para las personas, y las carreteras son para los coches»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

La coordinadora de la entidad Ciudades que Caminan, Ana Montalbán Navas, visitó Carballo para conocer las acciones que se están llevando a cabo en la localidad

03 feb 2019 . Actualizado a las 21:32 h.

Ana Montalbán Navas (Granada, 35 años) es la coordinadora, desde mediados del año pasado, de la entidad Ciudades que Caminan, una red a la que pertenece Carballo. Es arquitecta y urbanista. El domingo estuvo en Carballo (fue recibida por el alcalde y el resto del grupo de gobierno), conociendo el trabajo que se hace en la localidad. Antes pasó por Pontevedra, y le queda aún por visitar Ferrol, ciudad que también se suma a esta entidad.

-¿Cuál es la función de una coordinadora de Ciudades que Caminan?

-Hay una junta directiva y yo, como coordinadora o secretaria técnica, pongo la red en coordinación, hago labor de representación en foros o ferias a los que nos invitan; difundo la filosofía de la red y las actividades que hacemos... Por ejemplo, actividades de las ciudades que la integran. Trabajo de este tipo.

-Y viene a ver Pontevedra, Carballo y Ferrol. ¿Por qué?

-Carballo ha recibido el premio Ciudades que Caminan, queríamos ver lo que nos habían mandado. Ferrol estaba interesado en entrar, parece que ya lo ha aprobado, para darle la bienvenida. Pontevedra tiene ahora la presidencia de la red.

-¿Y hay actividades previstas durante su visita?

-Tenemos una reunión con el director de la DGT el martes, y queríamos aprovechar para hablar con nuestro presidente, el alcalde de Pontevedra, y con Carballo, uno de los valores más activos dentro de la red, para consensuar alguna postura de las que vamos a plantear. También queremos recoger información para la revista digital que vamos a empezar a publicar.

-Carballo se une a las localidades que tienen su casco urbano con velocidad limitada a 30 por hora. ¿Qué opina de ese límite?

-Una de las propuestas que haremos a la DGT es que la velocidad en las vías urbanas de las ciudades debería reducirse como máximo a 30 kilómetros por hora. Creemos que es fundamental. Las ciudades son para las personas, y las carreteras son para los coches. Hay estudios que demuestran que si un peatón tiene un accidente con un coche, a 30 las posibilidades se reducen mucho más que a 50. Creemos que es una negligencia por parte de la Administración pública no regular para reducir el índice de mortalidad de sus ciudadanos.

-Pero la controversia está viva.

-Sí, pero no la entiendo. No sé por qué el derecho a ir rápido tiene que estar por encima del derecho a la vida y el disfrute del espacio público. Si hacemos la media, una calle limitada a 50, sobre todo si tiene semáforos o se atasca mucho, la velocidad media real está más bien en torno a un 20. Y si eso va a suponer en su trayecto diez minutos más, es mejor que alguien madrugue esos diez minutos que no poner en peligro la vida de las personas que están en la calle o su derecho a disfrutar en condiciones de seguridad real y percibida del espacio público.

-¿Es importante peatonalizar o semipeatonalizar? Ya sabe que Carballo lleva años en esa línea.

-Es fundamental. Nosotros, más que en la peatonalización en sí, creemos más en el modelo de espacios compartidos con prioridad peatonal. Es evidente que si hay comercio, o si que entrar en una casa para recoger un bulto o una persona, el coche puede tener su lugar, pero solo el coche necesario. Pero hay gran cantidad de tráfico en las ciudades que es innecesario. No aporta nada, solo riesgo de accidentes, polución... Y otro que da vueltas para encontrar un aparcamiento. El modelo solo peatonal limita, es más de los años 90. Es más interesante lo que se hace en Carballo.

«Los niños deben ir al colegio acompañados por ellos mismos» 

Montalbán habló sobre medidas viarias que se ponen en práctica en Carballo (y en más sitios).

-Hace años que aquí funciona el Pedibús o camino escolar. ¿Se implanta en otros lugares?

-Está extendidísimo por toda España. Hay grupos, como el del Centro Nacional del Medio Ambiente, donde se estudian estos caminos escolares. Hay algo que no hemos hecho muy bien cuando tenemos que acompañar los niños al colegio, cuando esto se hacía de forma natural cuando íbamos al colegio. Yo lo hacía. Esto ha cambiado, no sé si es que los padres somos más proteccionistas. De repente, todos los entornos de centros escolares están colapsados por coches, y la Policía tiene que estar allí regulando el tráfico, cuando podría estar haciendo cosas mucho más importantes. Los niños deberían ir acompañados de ellos mismos, favoreciendo su autonomía personal. Los chicos están pasando de la guardería al botellón, sin haberse relacionado con el espacio público. Por tanto, se hace en caso todas las ciudades de España, y si no lo han hecho ya están poniendo en marcha iniciativas. El término de Pedibús también se utiliza en otros lugares, y hay diversas modalidades. Y tampoco hay unas reglas exactas, cada municipio lo regula a su manera. Es una medida muy positiva, pone el foco en que al cole no hay por que ir en coche, los colegios están organizados por proximidad, favorece la autonomía de los chavales y favorece la conciliación de la vida familiar. Los padres, por tiempo, tal vez no puedan llevar a los hijos a los centros educativos.

-Ustedes se denominan Ciudades que Caminan, pero también mucha gente anda en bici. ¿Analizan el impacto de las dos ruedas?

-Sí. Nosotros separamos el andar de la bicicleta. Yo suelo moverme en bici, porque mi casa y mi estudio están a cinco kilómetros. Para esa distancia, si la hiciera a diario a pie, debería invertir mucho tiempo. Cojo la bici y es un caminar ampliado. Pero la bicicleta es un vehículo. Por tanto, circulas en bicicleta, y así lo establece Tráfico. Una bici alcanza unas velocidades que no tienen nada que ver con un peatón. Este no solo camina: juega, está sentado en un banco, es una anciana con un andador, un invidente... Por lo tanto, no podemos equipararlos. Ni decir cuál es la velocidad de un peatón, porque también lo es alguien que está parado hablando con un vecino. Esa diferencia entre velocidades con la bici -que es un aliado fundamental para reducir coches- es que por la acera, no. Son incompatibles. La acera es el único espacio que le ha quedado al peatón, salvo los reservado a ellos (zonas peatonales). Por lo general son estrechas, único reducto. Si por ahí se van a meter todos los nuevos vehículos de movilidad personal, nos vamos a encontrar con que ni siquiera en las aceras tendremos tranquilidad. Y si a los jóvenes una bici nos da un susto, imaginemos lo que le puede producir a personas de movilidad reducida.