Adquiridos 21.000 metros en el Bosque do Añón, repartidos en ocho parcelas

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

Las dificultades para identificar los terrenos impiden que el Concello haya podido comprar más

05 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Carballo ha adquirido 21.102 metros cuadrados en el entorno del Bosque do Añón, a lo largo del río Anllóns. Esa superficie corresponde a ocho parcelas de tamaño muy variado: desde una que ronda los 10.000 metros, y que por tanto supone casio la mitad del total, hasta otras en el entorno de los 700. También está relativamente cerca en su mayoría, en la inmediaciones de la anterior porabilizadora, o de la pista que sube hacia O Añón de Bértoa, según explicó Luis Lamas.

Sin embargo, no han podido realizarse compras en la parte central el Boque, la que tiene mayor amplitud para el esparcimiento, donde hay un mayor número de carballos, donde se celebra la Festa do Bosque cuando acaba el San Xoán. El motivo, en este caso y en el resto de lugares en el que había disposición para comprar y vender, es el de las dificultades para tene toda la documentación de identificación y registro de los titulares, requisito indispensable para las transacciones. Y con el que no se contaba -o al menos no se contaba tanto- cuando se planteó este proyecto de adquisiciones sucesivas para limpiar, preservar y plantar árboles en terrenos destinados al uso público. En todo caso, es un problema relativamente común que afecta a todo el monte gallego, y que en el caso carballés se ha visto repetidamente desde que, ya en octubre del 2016, se anunció la iniciativa. Durante dos año ha habido fondos en los presupuestos para este fin, pero se han gastado menos de los previstos. Para el que viene sigue habiendo dinero para comprar terrenos, aunque ya enfocado a la ampliación del cementerio y a la de la calle Emilio González López que enlaza A Milagrosa con la avenida Compostela. Una zona de un uso muy intensivo (numerosos camiones) por ser una especie de atajo o circunvalación en los trayectos hacia Santiago u Ordes, con frecuentes retenciones.

En caso de que existiera la posibilidad de comprar más, se vería el modo, pero lo esencial es «clarificar toda a documentación», dice Lamas. En lo ya adquirido se limpiará en breve y se plantarán árboles frondosos y autóctonos.