Las cenas solidarias de Egueire y la Asociación Galega de Ataxias fueron multitudinarias
03 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.No llegó a las cifras de la celebración anual contra el cáncer de Carballo, pero no se quedó lejos. A la cena de la Asociación Galega de Ataxias acudieron el sábado 430 personas, batiendo todos sus récords de inscripción. «Hai que ter en conta que a ataxia é unha enfermidade rara, así que se o miramos en proporción... Quedamos contentísimos da resposta da xente», relataba ayer Juliana Moscoso, presidenta de la entidad.
Para esta edición, la quinta, eligieron el hotel carballés Punta del Este, del que quedaron «encantados», según refiere Moscoso: de la comida, del servicio y hasta del DJ que se encargó de poner la música tras la comida y hasta el final de fiesta. «Estivemos movendo o esqueleto para baixar mellor a comida, e ao final acabamos polas catro e media da mañá ¡E había xente que quería seguir!», señala la presidenta, a quien ya hicieron reservas para el año que viene.
Aunque finalmente el genetista Ángel Carracedo no pudo acudir a la cita por un compromiso familiar, si hubo una nutrida representación de profesionales del campo sanitario que no quisieron perder la ocasión de dar su apoyo: los doctores Arias y Sobrido, principales impulsores de la investigación de la Ataxia da Costa da Morte SCA36; Celia Pérez Sousa, Beatriz Quintáns... «Nunca nos fallan», dice Juliana, que agradece la difusión que está teniendo la dolencia entre la ciudadanía: «Antes a xente pensaba que tiña Párkinson, que é quizais a enfermidade que ao principio máis se lle parece. Agora xa van asociando os síntomas e pensan ‘Ao mellor é isto o que me sucede a min tamén’. E van ao médico, míranse, e efectivamente».
10 años de ayuda con Egueire
Paralelamente, en el restaurante del hotel Insua de Cee se celebraba una nueva cena solidaria de la ONG Egueire, que retomó la costumbre tras un breve parón, el año pasado, para inaugurar la maternidad construida en Grand Lahou. «Nosotros y vosotros, sin darnos cuenta, estamos contribuyendo con estos pequeños gestos a que haya paz en el mundo, a que la gente se afinque en su tierra y tenga los medios mínimos para poder vivir. Hace diez años que estamos en esto y gracias a vosotros hemos podido construir una maternidad en la que hoy en día están naciendo muchos niños», explicaba el sacerdote Désiré Kouakou a los alrededor de 150 asistentes, mientras les mostraba vídeos de los proyectos llevados a cabo en Costa de Marfil.