Polémica por el cierre de dos locales por ruidos en Carballo

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

El Concello ordena el cese de actividad hasta que se realicen las obras pertinentes

28 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Carballo decretó el cese de actividad en dos locales del casco urbano, bajo el argumento de que incumplen la normativa municipal en materia de ruidos y aislamiento. Los establecimientos afectados por la medida son Pizza Móvil, en la rúa Fomento y el Dubra, en Camiño Novo.

Con respecto al restaurante de pizzas, el Ayuntamiento, a través de la Policía Local y de una empresa especializada, llevó a cabo entre las once de la noche y la medianoche del pasado 2 de marzo una inspección técnica. El foco del ruido objeto de análisis sonométrico fue «a actividade habitual do restaurante Pizza Móvil, en concreto, os labores de limpeza do local». En el documento se indica que «os niveis sonoros medidos superan os límites máximos establecidos» en la normativa respecto al horario nocturno. El Concello emitió en julio un informe instando a la gerencia a efectuar las obras oportunas para subsanar las deficiencias. Sin embargo, los días 9 y 16 de octubre los técnicos comprobaron «que non se realizaron as obras de illamento proxectadas», además de no constar en el registro municipal los certificados correspondientes a las actuaciones exigidas, transcurridos los tres meses establecidos, es decir, proceder al aislamiento acústico del establecimiento y la instalación de un sistema de extinción en la campana extractora de la cocina «o cal constitúe un risco para a seguridade das persoas», por lo que el Concello resolvió suspender de forma «cautelar» la actividad en el negocio hasta que se reponga la legalidad.

Camiño Novo

Pero si hay un cese de actividad que ha levantado una gran polvareda es el del Dubra, negocio situado en el número 14 de Camiño Novo de Carballo. La denuncia partió de una vecina cuya vivienda colinda con el establecimiento de hostelería, que abrió sus puertas al público el 15 de junio del 2017. La reclamación al Concello se efectuó en mayo de este año. En su escrito, la denunciante alegó que los ruidos procedentes de la terraza no la dejaban descansar. El Ayuntamiento en, un primer informe, decretó el cese de actividad en la terraza y su responsable inició los trabajos de insonorización correspondientes, que consistieron en la colocación de paneles de espuma de poliuretano para el aislamiento acústico, además de proceder a la retirada de la televisión y de los equipos de sonido. Sin embargo, la vecina fue más allá y reclamó mediciones en las tres plantas. Sin embargo, los técnicos solo habrían efectuado, presuntamente, las valoraciones técnicas en dos de ellas dejando la planta baja (cafetería) sin inspeccionar. Eso sí, en las nueve mediciones realizadas en las tres medianeras, el local incumple la normativa sobre aislamiento acústico. El propietario se comprometió a ejecutar las obras, pero solicitó al Concello, de forma preventiva, que le permitiera abrir este fin de semana (con un Barcelona-Real Madrid de por medio) la planta baja a la espera de que se llevaran a cabo las mediciones oportunas en la planta baja. Pero el Concello cerró la puerta a esta posibilidad y decretó el cese provisional de toda actividad hasta que concluya la instrucción. Las mediciones técnicas de insonorización se hicieron el viernes y los resultados se prevén para esta próxima semana. Desde el Dubra criticaron que el Concello no les diesen un plazo para poder legalizar las obras y que la denunciante no les permitiera acceder a la vivienda para poder hacer las mediciones, pese a las tres notificaciones realizadas.

«Actuaron como si tráfico te hace la prueba de alcohol sin haber cogido el coche»

Bernardo Silva es abogado del gerente del Dubra y dio su versión: «El Concello concedió licencia de apertura al Dubra porque el proyecto y la licencia solicitados, incluida la insonorización, se llevaron a cabo de acuerdo a la normativa». En mayo una vecina puso una denuncia y la gerencia actuó para cumplir con la norma municipal de ruidos.

«Entonces, la vecina reclamó mediciones en las tres plantas del negocio, pero resulta que solo se hicieron en dos, la primera y la segunda, pero no en la cafetería, de ahí que se solicitase permiso para continuar con la actividad en la planta baja a la espera de la inspección técnica y su resultado, pero el Concello decretó el cese de actividad, pese a que en un primer momento, y de forma verbal, se nos dijo que se podría seguir trabajando». Y añadió: «Actuó como si tráfico te hace la prueba de alcohol cuando vas andando para coger el coche». Bernardo Silva no descartó que su cliente emprenda acciones legales para depurar las posibles responsabilidades penales.