Las cifras de divorcios aumentan en la comarca en solo tres meses

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

XESÚS BÚA

En Carballo, de 27 procedimientos entre enero y marzo se pasó a 41 entre abril y junio

16 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cifras de divorcios en Galicia y en la Costa da Morte se habían reducido coincidiendo en el tiempo con el punto álgido de la crisis. Pero ahora que aquel nefasto período parece haber quedado atrás, los procedimientos tramitados en la Costa da Morte han comenzado a repuntar. O eso es lo que indican los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial, que compara las series obtenidas en el segundo trimestre del 2018 en relación con el primero. Si se suman los datos de los partidos judiciales de Carballo y Corcubión, las cifras aumentaron levemente (55 frente a 53), eso sí, por debajo de la media autonómica, cifrada por el CGPJ en un 8,4 %.

En todo caso, hay que desglosar el informe en función de los partidos judiciales. En el de Carballo se pasó de los 26 procedimientos tramitados (entre divorcios y separaciones) en el primer trimestre, a los 41 contabilizados en el segundo. En el otro lado de la balanza figura Corcubión, con 14 entre abril y junio frente a los 26 del trimestre enero-marzo.

La abogada María José Calviño, de La Serna y Calviño, en Carballo, apuntó que el perfil de persona que solicita asesoramiento jurídico en su bufete «es el de una mujer de 40-50 años, que lleva relativamente poco tiempo casada». A la letrada sí le llama la atención que hasta su despacho llegan ahora personas de avanzada edad «que deciden dar el paso de divorciarse después de 40 o más años casada».

«No se puede estar con alguien por los hijos. Cuando el amor se acaba, se acabó»

 

 

Ana tiene 40 años, reside en Carballo y es autónoma. Estuvo casada durante 16 años y hace dos ella y su entonces marido decidieron emprender vidas por separado.

Ana defiende el divorcio como la mejor forma de romper un vínculo matrimonial: «Nos dimos cuenta de que como pareja no funcionábamos, que pensábamos diferente, que no éramos felices juntos. Pero tenemos hijos en común y la verdad es que entre nosotros quedó una gran relación de respeto y de cariño mutuo. No somos pareja, pero continuamos siendo socios en la empresa. Es el padre de mis hijos y hemos quedado muy bien como amigos. Que dos personas no funcionen como pareja no quiere decir que no puedan funcionar o congeniar en otros ámbitos de la vida. Trabajamos juntos, nos respetamos y cada uno lleva su propia vida personal como lo estima oportuno. Todo pasa por tener una actitud de consenso». Y añadió: «Soy de las que opino que no se puede estar toda una vida con alguien por los hijos. Cuando el amor se acaba, se acabó. Hay que asumirlo. Lo que sí hay que hacer es respetar al otro, alcanzar un acuerdo por el bien de todos y, sobre todo, pensando en los niños. Eso en mi caso se ha logrado».

«No tengo que reprocharle nada a mi ex marido, nos respetamos y trabajamos juntos»