Las drogas legales ya generan más demanda asistencial que las ilegales

Cristina Viu Gomila
cRISTINA vIU CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

La UAD de Carballo ha tratado desde el 2014 a 300 personas por alcohol y tabaco

06 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A la directora de la Unidad Asistencial de Drogodependencias, Lourdes Suárez, no le gusta el nombre del centro que dirige. Cree que sería más adecuado referirse a conductas adictivas porque en estos momentos, el alcohol y el tabaco generan la mayor demanda asistencial. Hace cuatro años que los propios trabajadores decidieron abrirse a las drogas legales porque veían que había esa necesidad.

Desde el 2014 han tratado por adicción a drogas legales a unas 300 personas, la quinta parte de todos los pacientes que han pasado por la unidad desde su inauguración en 1994. En estos momentos hay más demanda asistencial de este tipo que por consumo de heroína y cocaína.

«Los pacientes acuden derivados por su médico de cabecera y suelen hacerlo por propia iniciativa, lo que hace que el porcentaje de altas sea mayor», explica Lourdes Suárez. Para el equipo todo este trabajo supone una gran satisfacción porque el tiempo les ha dado la razón. «Hacía mucha falta este tipo de atención», dice la directora.

Para Lourdes Suárez, lo más preocupante es el alcoholismo. Se ven muchos casos en la unidad: «Creo que estamos viendo la punta del iceberg», señala. En este caso se trata de pacientes bastante mayores, con patologías ya graves, incluso cognitivas. «Hay cierta vergüenza a admitir que se tiene un problema o falta de conciencia. Cuando vienen lo hacen por orden del médico o presionados por la familia.

Según la OMS, el alcohol se convierte en un problema cuando se consumen más de dos unidades de bebida estándar al día. Es decir, dos vinos o dos cañas de lunes a domingo supone un peligro. «Hay que preocuparse en el momento en que hay una pérdida de control ante el consumo. Si vamos a tomar una cerveza y acabamos bebiendo cuatro habitualmente, es el momento de pensar en ir al médico», dice Lourdes Suárez.

La psicóloga es totalmente contraria al botellón. «Hay que tener actuaciones preventivas y ni facilitarse a los jóvenes los espacios para que consuman alcohol de manera compulsiva. Esta demostrado que la disponibilidad aumenta el consumo», explica.

Lo que se mantiene estable es el número de solicitudes de atención por consumo de drogas ilegales. Desde hace un año y medio, la población parece tener un fácil acceso a sustancias estupefacientes. De cocaína apenas llegan nuevas solicitudes de tratamiento. «Es una locura el consumo en la zona, Hay cierta permisividad social y poca percepción del riesgo y la gente se está iniciando cada vez edades más tempranas. No lo vemos porque hay fácil acceso a la droga». Algo similar ocurre con la heroína, que ha repuntado como lo prueban los resultados de los análisis de orina que hacen a sus pacientes. Tampoco hay nuevas consultas porque no falta y el precio es bastante asequible.

La unidad también atiende a pacientes oncológicos y a pacientes tratados con opiáceos

El equipo carballés atiende a personas de los 15 municipios de la Costa da Morte. Ha ido avanzando en la asistencia a otros grupos de población. Además de las personas enganchadas a drogas legales, también se ocupan a administrar metadona a los enfermos de cáncer con dolor oncológico. Otro grupo procede de la Unidad de Dolor del hospital y el trabajo con estas personas consiste en deshabituarlos de los calmantes opiáceos que se les han administrado durante años. Lourdes Suárez alerta sobre los peligros que eso supone y en unos días participará en unas jornadas para explicar a los médicos los riesgos de recetar determinadas sustancias a las personas que sufren dolor.

A todos estos colectivos se han unido recientemente personas, cada vez más jóvenes con comportamientos adictivos. Aumentan los casos de dependientes de Internet y las redes sociales, a la pornografía o del juego, sobre todo de las tragaperras y las apuestas.

Nuevo plan de prevención de Vieiro

Vieiro inició su programa de prevención escolar en los centros de Carballo. Está dividido en tres bloques. Hay cuatro sesiones dirigidas a proporcionar a los estudiantes habilidades sociales. La segunda parte, de dos jornadas, es para desconectar de las redes sociales y la tercera, también de un par de días, para informar sobre sustancias adictivas a alumnos de primaria.