El lunes habrá un nuevo cátering en siete comedores escolares de la zona

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Los centros tuvieron conocimiento el jueves de la situación porque representantes de la empresa fueron a presentarse

29 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los problemas que ha ido acumulando Gescor en la gestión de los siete comedores escolares de la Costa da Morte han hecho reaccionar a la Xunta, que ha decidido resolver el contrato con la empresa salmantina. A partir de lunes será la compostelana Airas Cátering la que se ocupe a diario de servir el almuerzo a 400 alumnos de Carballo, Malpica y A Silva y de atender un día a la semana, cuando hay clase por la tarde, al más de centenar de estudiantes del Monte Neme y del Agra de Leborís que dependen del transporte y no pueden ir a sus casas a mediodía.

Gescor ha tenido dificultades con el transporte, pero las principales son económicas, ya debía a trabajadores y también a proveedores, entre ellos una panadería de A Silva que, sin embargo, siguió mandado pan para que los niños no se quedaran sin él. Se trata de uno de los asuntos que queda en el aire porque la Xunta no se hace cargo de esa cuestión.

La mayor parte de los colegios se enteraron el jueves de que habría nueva concesionaria porque representantes de la empresa se presentaron en el centro, aunque no fue hasta el mediodía de ayer cuando se cerraron las negociaciones.

Fue el martes cuando Educación envió a la empresa Kaeme Consultoría y Prevención, S.L. para realizar una auditoría en el colegio Celso Emilio Ferreiro, que es la central que abastece a todos los centros del llamado Lote 3, donde están el Gándara-Sofán y el Bergantiños, el Milladoiro y el Joaquín Rodríguez Otero y los institutos Monte Neme, Agra de Leborís y Terra do Xallas, de Santa Comba.

Todo el proceso ha durado menos de una semana y ahora queda la duda de si los responsables de Airas Cátering tendrán todo listo el lunes. En el caso de que así sea, los 450 estudiantes de la zona (los de los colegios más los del instituto carballés) tendrán brécol en ajada, pescado al horno con arroz y fruta, 729,37 calorías por cabeza. 

Muy temprano

Comenzar el lunes supone que deben abastecerse de la materia prima muy temprano y que dedicarán el fin de semana a establecer contactos, porque la comida sale de A Silva para los demás centros en una horquilla de 20 minutos en torno a las 12 del mediodía. Otra complicación es que la empresa que se marcha puede llevarse el material que aportó y en el caso del Celso Emilio Ferreiro hay congeladores y hornos, lo que supondría un inconveniente más.

«No es razonable que por un céntimo tengamos que estar pendientes de si llegará la comida»

Hace cuatro años, la comida que se servía en el colegio de A Silva llegaba en avión desde Málaga. La descargaban en Lavacolla y en el colegio se rehidrataba y calentaba. Ahora, en el Celso Emilio Ferreiro preparan la comida del conocido como lote 3, donde hay cinco colegios y tres institutos. Al menos dos días a la semana son 450 menús y de miércoles a viernes 400. «El nuestro es un centro educativo, no de restauración. No para de entrar y salir comida y es un centro pequeño, en el que ha cambiado el ambiente distendido que teníamos», explicó el director, Rafael Rodríguez Martín.

«La gran suerte es que la comida la elabora un personal que lleva 20 años aquí, las cocineras son del pueblo y saben hacer las cosas al gusto de los niños. Hay que respetar lo que dicen los nutricionistas, pero no ser tan cerrados. Todo radica en un término medio», explica Rodríguez Martín.

El director formó parte de las mesas de contratación de la Xunta. «Se realizaban de comedor en comedor un informe dentro del baremo. Ahora no hay nada de eso, todo es una cuestión crematística. No es razonable que por un céntimo tengamos que estar pendientes de si llegará la comida», se queja.

Pero además se toma en serio las deudas. «Sé que la panadería lo está pasando mal. No es mi responsabilidad, pero yo me siento responsable, porque si han seguido es porque soy el director y los niños son de aquí», señala.

«Nadie se ha quejado de la calidad de la comida, porque es muy buena, el problema ha sido la falta de organización logística y económica, que les ha llevado a que haya retrasos y deudas», señala. Las cocineras del Celso Emilio Ferreiro pasarán ahora a depender de la nueva empresa, puesto que se trata de un servicio subrogado. Gescor organizaba el traslado a cada centro, los proveedores y el menú, que también fue objeto de protestas porque había bastantes repeticiones.

La calidad de las cocineras está fuera de dudas. La cocina se montó para un centenar de estudiantes y ahora ha cuadriplicado su capacidad. «Solo tenemos tres fuegos, es una cocina doméstica. Por eso es necesario hacer tres turnos de comida y ser muy profesional para que no se rompa el proceso de frío o calor», explicó el director.

Sin embargo, en ocasiones no se ha podido hacer más. El viernes 21 por la tarde se enteraron que debían dar de comer el lunes 24 a los alumnos del Monte Neme. No pudieron hacer más.