La solidaridad de los vecinos de Sísamo da sus primeros frutos

N. Costa / X. A. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Voluntarios de Cáritas y vecinos han convertido la antigua rectoral, medio en ruinas, en un hogar para todas aquellas personas que lo necesiten. Incluye, asimismo, una huerta solidaria

14 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El último informe sobre la pobreza en Galicia declara que uno de cada cinco gallegos están en riesgo de exclusión social. Detrás de estos datos se encuentran personas que no pueden acceder a lo más básico para vivir, un techo y comida. Este es un problema social que cuando todo lo demás falla solo queda la solidaridad de la gente para combatirlo.

En la parroquia de Sísamo, voluntarios de Cáritas y vecinos han convertido la antigua rectoral, medio en ruinas, en un hogar para todas aquellas personas que lo necesiten. La rehabilitación de esta finca fue posible gracias a la solidaridad de personas que emplearon su esfuerzo y dinero en la creación de este huerto solidario.

Durante dos meses y medio, Carmen Rey y Ramón Abelenda los dos vecinos de Sísamo, junto con la colaboración de la parroquia de Carballo trabajaron incansablemente para recuperar este espacio con el fin de ayudar a las personas sin hogar de la zona. Carmen explicaba que cuando llegaron a la antigua casa del párroco, lo único que se encontraron fue montones de piedras y maleza. «Cun pouquiño de ánimo fomos amañando», dijo.

El trabajo de estas dos voluntarios pronto dio sus frutos. El pasado jueves inauguraban un Horto Solidario. Los productos de esta finca están destinados a abastecer a los actuales usuarios de la casa rectoral y a Cáritas de Carballo. Aunque como apuntaba el párroco, José García Gondar, que también estaba allí presente, «buscarase a maneira de comercializalos nun futuro».

En la presentación de este Horto Solidario tanto Carmen, como Ramón mostraron orgullosos el resultado de su trabajo. Ya se podían ver las lechugas, los repollos, las judías, los pimientos, el maíz, las acelgas y las flores que habían comenzado a plantar en marzo. Entre los asistentes al acto se regalaban lechugas del huerto 100% ecológicas. Según decía Ramón, «ningunha leva sulfatos». Son como repollos de grandes Además, pudieron disfrutar de la actuación de las niñas pandereteiras de O Candil.

La iniciativa aparte de muy necesaria, también está siendo exitosa. Por eso cuentan con repetirla en otros lugares del municipio en el próximo año, «imos a recuperar a casa reitoral de Lema, onde tamén temos outro usuario e a de Ardaña», anticipaba el párroco José García.