El medio ambiente por encima del bolsillo

nerea costa / X. A. CARABALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Laura Rodriguez

El cobro de las bolsas de plástico tiene una buena recepción entre los clientes y comerciantes de Carballo

04 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Millones de toneladas de bolsas se vierten al medio ambiente todos los años, muchas de ellas acaban en el mar afectando a los ecosistemas de los océanos. El plástico es un problema global, pero con soluciones locales.

Esta semana ha entrado en vigor, después de ser aplazadas varias veces , el real decreto por el cual se obligará a cobrar las bolsas en cualquier establecimiento.

Esta normativa, dictada desde la UE, exige por primera vez el pago de todas las bolsas que se dispensen en un comercio, es la primera vez que se obliga a todos los comercios. Hasta entonces solo se había implantando en la mayoría de supermercados. Además, quedan exentas de esta regulación las bolsas pequeñas transparentes que se pueden encontrar en una frutería. El decreto ha sido bien acogido por los clientes, que valoran positivamente esta medida siempre que favorezca al medio ambiente. En la calle todavía hay algunos vecinos despistados, que no se había enterado de la medida. Así pasó en uno de los supermercados de Carballo, en los que los dependientes tuvieron que explicar el nuevo cobro de las bolsas. Una de las trabajadoras del Froiz destaca que «houbo algúns clientes que se queixaron, pero ao final acabaron levándoas» En este comercio, como en muchos otros establecimientos, el precio de las bolsas oscilaba entre dos, tres o seis céntimos según el tamaño.

Algunos clientes ven adecuada esta normativa , es el caso de Ana Bello, que habla de una «cuestión de acostumarse». Habrá que hacerse a la idea de que las bolsas de plástico pronto pasarán a la historia.

Laura Rodriguez

«Hoxe esquecinme porque os primeiros días aínda non estás acostumada»

Pese a que esta normativa supondrá un mayor gasto para los clientes la gran mayoría la aprueba. La reducción del consumo de plástico y con ello, la mejor conservación del medio ambiente son algunas de las razones por las que la apoyan.

Incluso hay quien como Emilia Esmorís, encuentra otro aspecto positivo: «Sempre acabo acumulando moitas bolsas, aínda que as use para o lixo». Cree que ahora conseguirá disminuir su consumo.

Laura Rodriguez

«Paréceme unha medida moi boa que debe recaer nos consumidores»

En la Praza de Abastos de Carballo se podían encontrar argumentos a favor y en contra del pago de las bolsas de plástico.

En alguno de los puestos, pese a que el decreto entró en vigor el pasado domingo, todavía no cobraban un precio adicional por las bolsas. Sino que prefería avisar con tiempo a sus compradores habituales del nuevo cambio.

Aunque no había otra tema de conversación en la Praza, casi todos coincidían en que el pago tendrá buenas consecuencias.

Laura Rodriguez

«Yo siempre usé el carrito y me parece genial que se paguen las bolsas»

La reducción del consumo de plástico es uno de los principales objetivos en materia ecológica, por ello muchos vecinos ya están concienciados de esta problemática.

El uso de carritos de compra, bolsas de papel, biodegradables o de tela es cada vez más común en las calles y tiendas. Esta imagen se repetirá, seguramente con más frecuencia en los próximos años. Una vuelta al pasado, donde a todo se le daba un segundo uso.

Alternativas más respetuosas para un futuro sin plástico

Los bolsas de plástico tradicionales parecen condenadas a la desaparición, o al menos así es lo que se exige desde la UE. En 2021, Bruselas pretende prohibir la venta de todas aquellas estén compuestas por un 100% de plástico.

Sin embargo, estas normativas no parecen afectar a la empresa carballesa Placasa, líderes en la venta de bolsas en toda España. Su responsable Lucía Caamaño explica que con la entrada del nuevo decreto «non reducimos a produción». Aunque no saben si les puede afectar en el futuro.

Además, llevan años trabajando en otras alternativas usando materiales de compostaje respetuosos con el medio ambiente. El problema de estas bolsas es que «non teñen as mesmas propiedades mecánicas e son menos resistentes». A esto hay sumar que su coste es más elevado que las tradicionales, lo que provoca que haya menos demanda.