La lluvia y la espesa niebla deslucieron la sesión de fuegos artificiales en Carballo

La Voz

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

La Anaconda, una orquesta llegada desde Cantabria, se encargó en la Praza de la verbena nocturna

27 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi podría decirse que sin fuegos no hay fiesta. Cualquier celebración que se precie querrá tener en su programa un buen espectáculo pirotécnico que sirva como cierre a las festividades y que dejen con la boca abierta a sus festeiros.

Los de Carballo son ya un clásico, como un ritual para dar paso a la recta final de un San Xoán al que nadie quiere despedir. Tan especiales, que anteayer eran muchos los que pedían que se aplazase la sesión pirotécnica por la amenaza de lluvia y la espesa niebla que poco o nada dejaba ver.

Los hubo, sin embargo, y un tanto deslucidos. El tiempo no fue el mejor aliado de un espectáculo de luces que, más que iluminar Carballo, destelló entre las nubes. No logró el mal tiempo, sin embargo, dejar en sus casas a decenas de vecinos y festeiros que se pararon durante unos minutos para alzar la vista al cielo y contemplar la traca festiva. Aplausos y admiración, aunque a regañadientes y con un cierto sabor agridulce. Solo queda esperar a que el año que viene el tiempo dé una tregua al artificio.

Los que no dieron tregua fueron los cántabros de la orquesta Anaconda, encargados la noche del sábado de la verbena nocturna. Un matiz original, fresco y, sobre todo, diferente al ofrecido por las agrupaciones gallegas y la guinda final en lo que a orquestas se refieren. Por la Praza pasaron la Olympus, Nebraska, Trébol, Compostela y París de Noia.