La mayor parte de las notificaciones a propietarios en Carballo dan resultado, pero también hay que ejecutar
14 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La maleza sigue invadiendo numerosos solares de la comarca, pero y también propiedades rurales. Un problema endémico que los concellos atajan con los medios que tienen: notificaciones a los propietarios, amenaza de sanción o ejecución subsidiaria en último caso, a cuenta del titular.
Carballo fue el primer concello de la zona con ordenanza, aprobada en el 2002 y ampliada y actualizada diez años más tarde. Prevé sanciones de hasta 3.000 euros en el peor de los casos. También hay normativa autonómica más general.
En Carballo muchas sanciones precisamente no se ponen, «porque a xente cumpre bastante ben», indicaba ayer el concejal Luis Lamas. Calcula que algo más del 70 % de las notificaciones fan resultado a la primera. Si no, hay que insistir varias veces, y en último caso, llamar a la brigada y pasar la factura. Si se puede, claro, porque a veces la localización es muy complicada, ni siquiera con el auxilio del catastro (herencias indivisas, emigración, titular desconocido...). Los concellos pueden actuar de oficio o por denuncias vecinales.
Calle Mirtos de Carballo
Uno de estos últimos casos acaba de ocurrir en la calle Mirtos de Carballo. Varios vecinos de una vivienda abandonada denunciaron el mal estado de su interior y de todo el entorno, con riesgo de insalubridad y temor a un okupa que usaba un anexo de esa casa para ir a dormir. Justamente el martes, tras dos jornadas de intenso trabajo, quedaba todo limpio. Una vecina calculaba que, por lo bajo, se llevaron al menos 12 contenedores de residuos: colchones, objetos diversos, botellas, tablas... También se cortaron árboles y maleza en general. «Cheiraba moito antes, estamos contentos polo que fixeron», añadía esta vecina. El aspecto general es muy distinto. Incluso se ve un hórreo que antes estaba tapado por las ramas. La persona que acudía a dormir lo sigue haciendo, también según manifestaron los vecinos. Se trata de un varón, originario de una parroquia de Malpica, que lleva mucho tiempo de vagabundo.
El caso anterior es excepcional, porque hay pocos solares en el casco urbano carballés en el que se pueda ver tanto abandono, pero incluso en las calles más céntricas se pueden encontrar ejemplos lamentables y necesariamente mejorables. En Carballo, y en muchos otros puntos de la zona.