Me llamo Sergio y hago lo que quiero

SERGIO FRANQUEIRA

CARBALLO MUNICIPIO

«(...) Me gustaría asumir un alegato a la cultura del esfuerzo. Talento es una palabra trillada en los medios, que distorsionan su verdadero significado. Los talentos no florecen si no se cultivan (...).

20 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Me llamo Sergio, y hago lo que quiero. No me malinterprete usted querido lector, lo digo como un logro. Soy guitarrista, profesor de guitarra. En el Conservatorio de Carballo toqué mis primeras melodías con el recientemente finado maestro Miguel Suárez Barros, a cuya memoria dedico estas líneas. Parafraseando al doctor Ávila, ex compañero de pupitres en el instituto Alfredo Brañas, soy un poco «Carballo Positivo», y ahora me toca echar un poco de menos Razo o San Juan desde Sevilla, donde me encuentro desde este curso.

Llegar a hacer lo que quieres es un logro, uno que se consigue con esfuerzo, y (guiño a padres y madres) un poco de apoyo familiar. Un esfuerzo que verdaderamente no es tal, precisamente por hacer lo que uno quiere, a lo que uno realmente necesita dedicar parte de su energía para sentirse bien. Para descubrir vocaciones es imprescindible explorar y cultivar aficiones. Yo, como dice el maestro Trepat, no soy más que un aficionado. Por lo tanto, practico por puro placer, menos de lo que me gustaría. Cuanto más se le dedica a algo mejor es el resultado, y tocar es una carrera de fondo. Aquí me gustaría introducir un alegato a la cultura del esfuerzo. Talento es una palabra trillada en los medios, que distorsionan su verdadero significado. Hasta no hace mucho, creo que no se estaba ayudando a que la gente construyese una autoimagen acertada de sí mismos, aunque me parece que eso está cambiando. Ya Paco de Lucía respondía «practico hasta que me sale», en el documental acerca de él, esquivando con su respuesta esas supuestas «cualidades mágicas» del talento. Es innegable que parecen existir ciertas condiciones naturales (a los deportes, el estudio, la música..), pero esos talentos no florecen en absoluto si no se les cultiva. A más esfuerzo, más talento observaremos, si se me permite. Así que si quieren hacer algo medianamente bien, pónganse a practicar, y si quieren hacerlo mejor, practiquen más.

Y el solo hecho de que ustedes crean que hacen algo único quizás no sea cierto, o no lo convierta en un mérito, infórmense. Lean. Escuchen música. Afortunadamente, durante mi infancia pude vivir al lado de muchos ejemplos de dedicación y esfuerzo en campos muy variados, como mi amigo Pablo Rodríguez con el surf, el matemático Carlos Soneira o el naturalista Xabi Varela, que fueron ejemplos para mí de que hay que currárselo, sea lo que sea que hagas.

La consideración de la música

La música continúa teniendo una consideración dispar como profesión en la sociedad. Me solidarizo desde aquí con la precariedad que sufren mis compañeros de la EMM de Santiago. Sin duda los políticos deberían tomar mejor conciencia del peso y los beneficios de la educación musical básica en la sociedad, tanto para la población infantil como adulta. La música te da muchas satisfacciones, y te hace mejorar en muchos aspectos, desde pequeñito, te ayuda a organizarte, a plantear proyectos a largo plazo. Quizás, por eso en mi caso no enfermé con el doctorado.

Pertenecer a agrupaciones como la Banda de Carballo te hace aprender a trabajar en equipo, y forma vínculos tanto personales como con nuestra cultura e identidad sonora, ¿qué mejor manera hay de crear pueblo que a través de la creación propia y la música popular, además del idioma? Es posible que ahora vivamos el momento histórico en que la práctica musical es más popular. Después del florecimiento del asociacionismo tras la transición, los espacios para la música se multiplicaron, y florecieron las agrupaciones de toda índole con las nuevas libertades, además de una red pública que llega hasta a las poblaciones más pequeñas, así que la música está más viva que nunca para todos.

Este verano yo pondré mi granito de arena con la recuperación y puesta en valor de un autor cuyo repertorio tiende puentes entre lo popular y lo clásico, con melodías que ya están grabadas en lo más profundo de nuestra identidad sonora. Y, si no practican un instrumento, cantan o bailan... ¿a qué esperan?

«Pertenecer a agrupaciones como la Banda de Carballo te hace aprender a trabajar en equipo»

«La música continúa teniendo una consideración dispar como profesión»