Una patrulla de la Guardia Civil salva la vida a una carballesa, inconsciente en un vehículo

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

José Manuel Casal

La mujer, de 54 años, fue trasladada al Chuac una vez estabilizada

24 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una patrulla de la Guardia Civil de Carballo salvó la vida a una mujer, que se encontraba inconsciente dentro de un vehículo.

Los hechos sucedieron sobre las cinco de la tarde de ayer en la avenida dos Abetos de Bértoa. En concreto, en una pista sin asfaltar en la que los ladrones suelen abandonar vehículos robados. Los agentes realizaban labores de vigilancia en la zona cuando vieron un Mini Cooper Cabriolet de color naranja. Tenía el techo puesto. Los guardias salieron de su patrulla y fueron hacia el Mini. Comprobaron que tenían los cristales empañados y vieron a una mujer inconsciente en el lado del conductor. Rápidamente alertaron a los sanitarios, que enviaron una ambulancia medicalizada. Entre los guardias civiles y los sanitarios del 061 lograron estabilizar a M.?D.?B.?A., de 54 años y vecina de Carballo, y trasladarla de urgencia al Chuac. Las primeras hipótesis apuntan a que la mujer llevaba varias horas en estado de inconsciencia. Los equipos de emergencias recuperaron varias cajas vacías de medicamentos, esparcidas en el asiento del copiloto

No es la primera vez que la Guardia Civil auxilia a una persona, que estaba inconsciente. Agentes de A Laracha salvaron la vida in extremis de un joven de unos 25 años que pretendía quitarse la vida. Ocurría sobre las dos de la madrugada del 16 de agosto del 2014. El chaval llamó a la central de emergencias. Dijo que quería suicidarse. Mientras que la persona que atendía la llamada trataba de calmar al joven por otro lado se trasladaba aviso a la Guardia Civil. La patrulla montó un rápido operativo de búsqueda. Los agentes lograron dar con el paradero de los padres. Les requirieron información sobre los lugares que el joven suele frecuentar. La patrulla visitó uno por uno todos estos sitios. Habló con conocidos y amigos. Pero las pistas aportadas eran insuficientes.

Solo quedaba un último punto por mirar. Un entorno boscoso junto al depósito de Paiosaco. Peinó el monte palmo a palmo. Cuando todo parecía desvanecerse, encontraron prendas de ropa. Intensificaron la búsqueda y a escasos metros vieron al joven, semidesnudo y colgado de un árbol con un cable de acero rodeándole el cuello. Los agentes reventaron una valla y lograron bajar al chaval tras serle retirado el cableado. Ya en el suelo le practicaron los primeros auxilios y el chaval recuperó la consciencia.