Hola ríos, hola fontes

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO MUNICIPIO

14 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La fuentes ornamentales de los surfistas en el Orzán, o la de Cuatro Caminos, ambas en A Coruña, ya funcionaban ayer con normalidad, cumpliendo la misión para la que fueron creadas: la estética, la belleza visual, y acaso un refresco en los calores veraniegos. Deben ser de las primeras en volver a lo habitual. Las de Carballo, curiosamente, aún no. El edil responsable estaba ayer pendiente de recibir la comunicación de Augas de Galicia con el visto bueno definitivo. Porque las cosas funcionan así: el organismo correspondiente de Medio Ambiente es el que tiene las competencias. Y, en efecto, la única noticia al respecto que aún se puede ver en el departamento autonómico es que sigue la prealerta por sequía en la totalidad de la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa. Fue adoptada y comunicada el día 9, así que es casi seguro que en la próxima reunión de la Oficina Técnica da Seca habrás cambios notables. Decía ayer el concejal carballés que aguardaba a recibir pronto alguna indicación al respecto.

A los ojos del profano sorprende que, a estas alturas, con la que está cayendo, aún se mantengan las cautelas. Poco más y ya enlazará con la primavera y después con el verano, y seguro que no nos libraremos de los problemas de abastecimiento. Por suerte, los ríos vuelven a correr con fuerza, y las fuentes a manar. Y muchos campos a estar absolutamente encharcados porque, al contrario de lo que pasaba en otros tiempos, ya no se derregan, que era la labor habitual entrado el otoño para que las leiras superasen el acúmulo de agua invernal. En otras palabras: las cosas están casi como siempre, y los ocho meses de fuentes cerradas en Carballo, lo nunca visto en su historia, serán una anécdota para contar de vez en cuando.

Lo que ya no tengo tan claro es que los problemas de estos meses hayan servido para tomar medidas y evitar tener que llevar camiones cisterna todos los días a centenares de vecinos. Que los afectados hayan decidido buscar el dinero para ampliar sus traídas o construir pozos de barrena eficaces. Cierto, muchos los han hecho, en algunos casos con meses de espera dada la demanda, pero tal vez haya quien se acostumbró a que le surtan en casa directamente y a diario y piensen que lo que ha ocurrido es una excepción. En otros tiempos sí se hacía, por ejemplo esos citados de derregar. Al menor indicio de carencia, no quedaba más remedio que bajar al pozo y ampliar unos centímetros. Aquellas escenas a veces eran claustrofóbicas, dada la carencia de medios y la dureza del trabajo. Pero entonces el agua tenía un ciclo natural que solía respetarse. Muchas obras de la parcelaria acabaron con él. También la construcción sin planificación o sin tener en cuenta criterios hídricos. Por eso, cuando pasa lo que pasa, los problemas crecen. ¿Lloverá otra vez sobre mojado?