Caracagada vuelve a las andadas y acaba detenido tras 13 años de cárcel

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

JOSE MANUEL CASAL

«Canto tempo sen verte», le dijo según testigos presenciales al policía que lo arrestó tras una persecución. José Antonio Rojo Pombo es un histórico de la delincuencia bergantiñana

13 feb 2018 . Actualizado a las 12:07 h.

Las páginas de sucesos en Bergantiños, que en los últimos años protagonizan Japito, Chechu, Macuto, Pedrito, Elías y compañía, en los 90 y los primeros años de la década pasada eran patrimonio de José Antonio Rojo Pombo, alias Caracagada, un joven coristanqués al que cuando las cosas se le empezaron a torcer de verdad y a acumular condenas hacia finales del 2004, cuando tenía 27 años, sumaba ya más de 70 detenciones y un centenar largo de imputaciones delictivas.

Apenas se volvió a saber de él, salvo por la referencia a su excarcelación de algunos de los policías y guardias más veteranos de Carballo. Sin embargo, este viernes por la noche, con 13 años de cárcel de Teixeiro a sus espaldas -ya había entrado antes pero siempre por períodos cortos- volvió a protagonizar una de las suyas.

Al filo de las 00.30 horas una patrulla de la Policía Local de Carballo detecta una motocicleta, una Suzuki de 600 centímetros cúbicos concretamente, que circula sin matrícula y sin luz trasera por la calle Vicente Risco. El piloto lleva casco y en esos momentos los agentes no pueden saber aún de quién se trata, pero inician el seguimiento por la Avenida da Cristina, sin que Rojo Pombo se percate de su presencia, pese a lo cual su velocidad ya es excesiva para el entorno por el que circula. En el cruce de Ponte da Pedra con avenida de Malpica se le ponen en paralelo y encienden sirenas y rotativos para darle el alto, con lo que ahí se inicia la fuga en dirección Malpica.

En el primer paso de peatones, según testigos presenciales, ya casi se cae, dejando en evidencia que su pericia sobre dos ruedas no es la misma de la que hacía gala con los Fiesta, Kadett, Escort, Orion y también de vez en cuando algún ansiado Calibra, como los que estaba de moda puentear o robarle el equipo de música en los 90. La primera rotonda la toma por la izquierda y en la siguiente se sube al bordillo, con lo que apunto está de volver a caerse porque conduce haciendo eses para burlar a los agentes, mientras que otros automovilistas tienen que apartarse de la carretera para evitar una colisión. Entre tanto, los policías evitan aproximarse de forma brusca porque podrían tirarlo o incluso dañar a otros usuarios de la vía.

A la altura del Punta del Este pone rumbo hacia Xoane, también por la izquierda aunque con la suerte de que no venía nadie de frente en esos momentos. Consigue distanciarse unos metros, pero en las curvas cerradas vuelven a darle alcance. Toma hacia Goiáns, de nuevo con movimientos zigzagueantes, y ahí ya la persecución cambia el asfalto por las pistas de tierra. Trata de refugiarse cerca de unas casas, en una zona en la que está documentada la presencia de puntos de venta de drogas, pero no lo consigue. Un montículo de tierra se interpone en su camino y le permite a los policías darle caza y detener al insensato motorista. Ahí se acabó la huida y también la resistencia, junto con el enigma de la identidad del piloto, porque, ya sin casco, los agentes le reconocieron al momento pese a los años transcurridos. Y, por lo que dijeron algunos testigos de la detención, a él tampoco se le había olvidado la cara de al menos uno de los agentes, porque le espetó un coloquial «¡canto tempo sen verte!». Incluso conversó unos instantes con él, tratando de sacarle hierro a desencuentros del pasado.

Mañana, a lo mejor, tienen que volver a cruzarse, porque está citado para un juicio rápido en la sala número 3 de Carballo. Iba sin seguro, carece del carné correspondiente porque solo tiene un permiso para manejar ciclomotores y le ha sido imputado un presunto delito de conducción temeraria. Eso sí, en esta ocasión parece que la moto no era robada, sino que fue adquirida en Ferrol, ya que una familiar presentó la documentación correspondiente. En cualquier caso quedó inmovilizada en dependencias policiales.