La playa carballesa se llenó de pilotos el pasado domingo, un día en el que se dieron condiciones muy buenas para volar
01 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Dice Xulio Villarino que «Razo é un sitio máxico para voar». Razón no le falta, y eso que el domingo visitó la playa carballesa por primera vez. Coincidió, eso si, con otras tres decenas de parapentistas que no quisieron perder la ocasión de disfrutar del extraordinario día desde el cielo.
«Ese día, de todo o cuadrante norte, Razo era o único sitio no que se podía voar», explica Xulio, que además preside el Club Parapente Ferrol. ¿Y cómo se enteran de dónde hace bueno? Pues a través de diferentes aplicaciones móviles en las que se indican las condiciones climatológicas de cada punto de despegue, o a través de los datos arrojados por la página de Meteogalicia.
La playa carballesa es un destino habitual para los parapentistas, que viajan incluso desde otras provincias. «Ademais dos nosos socios», dice Xulio, «había tamén voadores doutros clubes de A Coruña ou Pontevedra». Es el caso de Andrés Ferreira, también del club ferrolano: «Eu son das Somozas e teño dúas horas en coche, pero paga a pena».
Eso si, solo cuando se puede volar durante buena parte del día, no solo durante un par de horas. «Desta vez estivemos dende as doce do mediodía, máis ou menos, ata pasadas as seis da tarde», apunta Xulio. Aunque no siempre en el aire, claro está. «Baixabamos de vez en cando e mesmo tomamos algo no bar O Cordobés. Había un ambiente estupendo, mesmo o dicía a xente do pobo. Sen dúbida, dos mellores días de voo dos últimos anos», sentencia Xulio, coincidiendo con Andrés, que confiesa no haber visto nunca «tanta xente xunta nunha zona de voo en Galicia».
No solo son aspectos técnicos los que mueven a los pilotos hasta el litoral de la Costa da Morte, sino también su gran belleza paisajística. Si ya son muchos los que la admiran a ras de suelo, desde el aire, afirman los deportistas, se ve «espectacular». Xulio Villarino apunta que uno bien podría pensar que está en la costa africana, «con estas praias tan longas». La perspectiva que ofrece la altura no está pagada: «Hai puntos nos que mesmo non chegas ao final da praia e, cando o fas, ves esa marabillosa lagoa de Baldaio. É impresionante».
Pese a que la Costa da Morte queda a desmano de estos clubes de parapentistas del norte de la provincia -que frecuentan más bien Cariño, Estaca de Bares o toda la costa cantábrica gallega en general- Razo «está sempre nas nosas axendas», recalca Andrés Ferreira.