Todo lo que el Eloane dejó en la costa

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZCARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

XESUS BUA

Mientras elementos contaminantes como las colillas siguen en las playas los sofás de piel desaparecieron

16 ene 2018 . Actualizado a las 07:48 h.

Transcurrida una semana larga ya desde que el MSC Eloane, uno de los mayores cargueros del mundo, dio aviso de que había perdido entre 30 y 45 contenedores a unas 40 millas de Fisterra, los productos que llevaba en esas grandes cajas metálicas sobre la cubierta siguen llegando a la Costa da Morte. Con ellos se reviven también pasajes que forman parte de la historia de la comarca, desde la práctica de ir a las crebas, que no es más que una herencia de tiempos duros en los que aprovechar para la vida cotidiana aquello que el mar traía como un regalo, hasta el espíritu voluntarioso y el eterno conflicto entre las necesidades de la gente con su territorio y la pesada respuesta de las instituciones. Así estos días se pueden ver a grupos de personas, algunas de las cuales empezaron a hacer su vida en la zona a raíz del Prestige, limpiando playas como la fisterrana de O Rostro, en la que después de cuatro jornadas de trabajo lo grueso está retirado y ahora lo que preocupan son miles de colillas y fragmentos de porexpan que se pierden ya entre las dunas.

Junto a todas esas buenas intenciones tampoco falta la picaresca y el interés de ver que se puede sacar de todo esto. Así, algunos marineros que se encontraban faenando no dudaron en apartar la vista del aparejo para subir a bordo algunos cartones de tabaco que todavía estaban secos por dentro. Incluso en la playa de Corveiro hubo quien los cogió ya en tierra y aún valían para fumar, como quedó atestiguado en Fisterra a las pocas horas, porque los cigarrillos ya circulaban, aunque no esté todavía constatado -que podría ser- que alguien tenga una cantidad suficiente que le merezca la pena venderlos, con lo que, de paso, se podría meter en un lío. Ese afán de aprovechamiento se pudo también ver en lo más nimio, porque mientras unos recogían botes y tapas para sacarlos de las playas otros elegían los que se encontraban en mejor estado para llevárselos, aunque probablemente jamás se les ocurriría ir al supermercado para comprar leche en polvo, ya que no es un producto habitual en la zona más allá de los preparados infantiles. Incluso hay ejemplos más llamativos, como los sofás de piel que aparecieron en O Rostro, entre otros lugares, en colores naranjas, ocres y negros. Al día siguiente de llegar los de tela mojados y sucios seguían en su sitio, pero los de cuero de buena calidad habían desaparecido.

Al margen de estos casos puntuales poco hay aprovechable en el rastro del Eloane, más allá del tabaco seco y de la leche, para el que se aventure en ello, aunque todavía está por saber qué parte de la carga puede llegar a la Costa da Morte. Tomando como referencia los contenedores de barco grandes, los de 40 pies, a los que corresponden algunas de las estructuras recuperadas, por ejemplo en la ría de Corme y Laxe, y dando por buenos los datos de la compañía, que cifra la pérdida en un máximo de 40 contenedores, habría pululando por el agua y el fondo marino unas 1.300 toneladas entre los productos y las cajas metálicas. Ahora bien, los expertos suponen que una parte importante está ya en el fondo y puede emerger o no. De hacerlo, mañana tienen el día propicio con una vaga de mar que anuncia olas de hasta ocho metros, con lo que hay que esperar aún para ver en qué queda todo esto.