No debemos olvidar a nuestros ilustres

Carlos Puga ABOGADO DE CARBALLO

CARBALLO MUNICIPIO

11 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con ocasión de viajes realizados en los últimos años pude comprobar que en algunas ciudades figuraba, dentro de las atracciones destacadas de sus guías turísticas, la visita a la que resultaba ser la casa natal de personalidades ilustres de aquellas ciudades. Aunque las primeras que se me vienen ahora a la cabeza son la casa de Picasso en Málaga o la de Dalí en Figueras, tengo en mente que esa circunstancia se produjo en otros casos de no tanto renombre.

Viene esto a cuento porque el año que viene se cumplirá el 160 aniversario del nacimiento en Carballo de Alfredo Brañas Menéndez, figura que no se cuestiona ocupa un lugar destacado y significativo desde la publicación en el año de 1889 de su obra El Regionalismo, que vino a constituirse en referente histórico del galleguismo. Sin embargo, no se ha hecho público, o al menos no he tenido noticia de ello, de que se estén promoviendo, coincidiendo con esta efemérides, actos o actividades vinculadas con la tarea y obra ejecutadas por tan ilustre carballés.

Para aquellos que en la actualidad visiten Carballo por primera vez, quizás la única referencia directa a la figura de Alfredo Brañas sea la escultura que con aire serio y tranquilo está ubicada desde hace algunos años en la Calle Coruña, justo delante de la que fue su casa natal. Y poco más podría destacarse, a no ser el hecho de que su nombre identifique al que fue el primer instituto de bachillerato de la ciudad, abierto a finales de los años setenta.

Actitud más activa

Por dicho motivo, si tenemos en cuenta que no contamos en la capital de la comarca con tantas figuras de renombre similar al de Alfredo Brañas, no parece fuera de lugar el demandar por parte de las autoridades locales y de las diversas entidades sociales una actitud más activa, con objeto de promover y no dejar en el olvido una obra vital ampliamente reconocida.

Y dentro de esas actuaciones podría incluirse una de mayor alcance. Me refiero concretamente a esa casa natal del pensador que tiene su escultura en la calle a la que da frente. Aunque me llegaron recientemente noticias un tanto difusas sobre la cuestión, creo que en el propio Concello se llegó a evaluar, aunque fuera informalmente, la posibilidad de afrontar la posible compra de la citada casa a sus actuales propietarios, obviamente con el objeto de reconvertirla en un espacio de divulgación vinculado a la vida y obra del autor.

No parece infundada la pretensión teniendo en cuenta la disponibilidad de liquidez de la que el Concello presume. Y ello por cuanto esos fondos serían una inversión destinada a la adquisición y recuperación de dicha edificación para ser incorporada, con la finalidad señalada, al patrimonio público.