Los colegios de Carballo se sumarán a la lucha activa contra la velutina

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

Los expertos enseñarán a preparar trampas y a conocer mejor esta plaga

28 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los nidos de velutina se expanden cada vez por más sitios, pero nunca habían llegado hasta la sala de juntas del Concello de Carballo. Uno, de buen tamaño aunque no de los más grandes, recogido en un carballo de Bértoa, presidía ayer la mesa dentro de una urna, convenientemente sellado, aunque los peligrosos insectos del interior llevan ya mucho tiempo muertos. Aun así, impresiona verla tan de cerca, todo un trabajo de ingeniería minuciosa y rápida que esconde múltiples amenazas para las abejas y, últimamente, para las personas.

Ese nido es el reclamo de una campaña que el Concello de Carballo va a poner en marcha a la vuelta de vacaciones en los centros escolares que lo deseen para que los niños de primaria aprendan cuál es el peligro y cómo se puede luchar contra él. Además de dar a conocer la iniciativa, el acto de ayer sirvió para radiografiar un problema grave y la incidencia que tiene y ha tenido en Carballo. Toda la información la dieron, por parte del Concello, el alcalde, Evencio Ferrero, y los ediles Luis Lamas y Mar Eirís. Y por los profesionales hablaron Isidro Rodríguez, responsable de la empresa que se encarga de la recogida para el Concello, además de los apicultores Sebastián Caamaño, José Antonio Pereira (miembros de la Asociación Galega de Apicultora, AGA) y Alberto Pose, que también es miembro de la brigada de obras municipal.

En los colegios se presentarán unidades didácticas para que los niños conozcan de cerca el problema y aprendan a preparar trampas con botellas de plástico (y eliminarlas más tarde, cuando haya cumplido su función, como señaló Caamaño). Cuanta más se distribuyan por el territorio, más eficaz será la lucha, y por tanto mayor la protección de las abejas y la seguridad. Lamas dijo que hay que «pelexar con todos os medios posibles» contra la plaga. Una lucha que tiene varias vertientes. La retirada de los nidos, tras el aviso de los vecinos, es de las que más se ven. Cada vez, más.

Pero no todo es retirar. Las trampas, especialmente la caseras con atrayentes (la avispa entra y se queda ahí), son muy importantes, dijo Pereira.

De los nidos grandes, en otoño, salen las princesas llamadas a ser reinas. Invernan varios meses, evolucionan en la primavera, hacen un nido primario, como un huevo, en sitios de abrigo. Ponen 15 o 20 huevos, las futuras obreras, que cría directamente, y que construirán a su vez un gran nido, el secundario, el grande, en cuyo interior estará la reina. Por eso es vital eliminar cuantas más, mejor.

Carballo, único en Galicia

El Concello de Carballo es el único de Galicia con servicio de recogida propio, pero eso tiene un coste: 35.000 euros, dijo el alcalde, quien cree que irá a más. Como el resto, opina que la Xunta tiene que hacer algo, y que no basta con dos trajes y dos pértigas. Pereira añadió que cuantos más concellos actúe, mejor. Pose recordó que una buena actuación en zonas concretas permite hacer una «limpeza de radio» que es efectiva. Lamas señaló que no hay que ser alarmista, pero el peligro existe, lo mismo que el miedo. Antes los nidos estaban cerca de cursos de agua, pero ahora en cualquier parte.

Más de 600 nidos en lo que va de año

Isidro Rodríguez indicó que en el 2015 se recogieron entre 12 y 13 nidos en el municipio de Carballo; el año pasado, 200, y este, 638, aunque hay avisos pendientes. Siempre se retiran, salvo si están inaccesibles, que se opta por emplear un insecticida. La mayoría se han localizado en las parroquias de Carballo (106) y Rus (107). Aldemunde era de los que más tenía, pero este 2017 apenas lleva una decena. Los avisos llegan de muchas maneras: por el propio Concello, Policía Local, Protección Civil, teléfono 012, algún trabajador municipal que recibe el recado... En 24-48 horas se suele actuar. Y los vecinos lo saben y eso les mantiene en vilo. En otras partes, la tardanza desanima a muchos a dar el aviso.