Histórico y emotivo día el vivido anteayer en el Fórum de Carballo. Allí se pudo ver cómo unas niñas, porque sí, son solo niñas, son las nuevas gladiadoras contra las desigualdades que nos rodean en esta sociedad, la nuestra. Aquellas mismas que el verano pasado se presentaron en As Eiroas para pasar a hacer historia en el fútbol de la Costa. Las chicas del Bergantiños femenino, las primeras futbolistas de este longevo club ya próximo al centenar, que el miércoles presentaron, también, el primer calendario solidario de la entidad.
Aterrizaron en el campo para defender, a toda costa, el hecho de ser mujer y querer jugar a este deporte; algo que no tendría por qué alarmar a nadie y, no obstante, ocurre. Para decir, alto y claro, que todos y todas valemos lo mismo. Y a día de hoy, continúan la lucha por la igualdad en lo suyo, el deporte, pero también en lo nuestro, la sociedad. Van más allá del balón y la portería, abordando otras lacras sociales.
Doce meses, doce causas. Así se llama su obra: el calendario solidario que desde el pasado miércoles está a la venta, cuyo fin es concienciar sobre diferentes enfermedades y problemas sociales que nos rodean en el día a día aunque a veces parezcan invisibles, y cuyas ganancias irán destinadas a la junta local de Carballo de la Asociación Española Contra el Cáncer. La pobreza infantil, la distinción por síndrome de down, el racismo y la xenofobia, la desigualdad entre géneros, el cáncer, el acoso escolar, los incendios provocados, los animales sin hogar, la diabetes, la violencia de género, el sida y la donación de órganos son, en su conjunto, la causa de su lucha.
Imparables. Así son las chicas de Gueli. Las que desde el primer día que se propuso la idea del proyecto, no han parado. Ilusión, entrega e iniciativa fueron las bases para sacar adelante el proyecto. No importó la falta de tiempo ni los desplazamientos a lugares lejanos. Se entregaron en cuerpo y alma. Y su esfuerzo tendrá recompensa. Solo hubo que ver la cantidad de gente que asistió el pasado miércoles a la presentación del almanaque, donde las palabras de reconocimiento y valor hacia ellas fueron incontables. Mulleres bravas, así se definieron bajo un hashtag.
La emoción se palpó desde el primer momento. Todos los allí presentes fueron testigos de su labor a través de un making off que llevaba por banda sonora la misma que la película Gladiator. La elección no pudo ser más acertada. Representan el latir de una sociedad y todo lo que se propongan lo conseguirán. Y lo más importante: aunque ellas no lo sepan o, todavía, no sean conscientes, son un ejemplo a seguir. En todos los sentidos. Desde tan pequeñas, hacer lo que han hecho tiene un inmenso mérito. Transmiten valores necesarios para mejorar el mundo, los cuales, todavía, mucha gente sigue sin tener asimilados. Son las nuevas gladiadoras contra las desigualdades y lo demuestran cada día, en cada partido y en cada entrenamiento. Su labor no ha terminado aquí.