Cara y cruz para Japito

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

JOSE MANUEL CASAL

El delincuente con más condenas en España por conducción temeraria recibe dos nuevas sentencias, ambas por robo. En una sale absuelto, en otra castigado

05 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La suma de los años de condena de cada uno de los delitos por los que fue declarado culpable mantendría en la cárcel a Benjamín López Lojo (Carballo, 1990), Japito, hasta el próximo siglo. No será así porque sus penas fueron refundidas, e incluso puede que no tarde demasiado en quedar en libertad. Con todo, el delincuente del poblado de O Sisto acumula ya cuatro años sin salir de prisión, más allá de las decenas de veces que lo trasladan a los juzgados para ser juzgado.

La última vez que Japito fue llevado ante un magistrado fue hace un mes. Para ser juzgado dos veces en la sala de lo Penal número 3 de A Coruña. Allí lo esperaba el juez para preguntarle por los robos nocturnos en sendos bares de Carballo y por la sustracción de un vehículo. En ambos casos, Japito se declaró inocente, pero solo en uno no fue declarado culpable, por falta de pruebas.

Fue en el referido a los asaltos a establecimientos ocurridos en la madrugada del 24 de octubre del 2011, cuando varios desconocidos llegaron con un coche a los bares O Muíño y A Lagoa y los vaciaron. «No ha sido posible demostrar la vinculación de los acusados con los hechos objeto de este juicio», sentenció el juez ante la falta de pruebas. En el fallo, su señoría llega a expresarse así: «Es triste ver cómo una labor encomiable, minuciosa y muy profesional realizada por unos profesionales de la seguridad como fueron los investigadores de las presentes, se desbarate por una imprudente instrucción que decide fraccionar la investigación, y con ello separar las pruebas de forma que los dos hechos que se juzgan en el presente procedimiento han quedado aislados de forma que la coherencia del atestado se pierde totalmente y por ello carece de sentido».

El segundo juicio al que se enfrentó Japito hace un mes fue como acusado de sustraer un vehículo en la madrugada del 23 de enero del 2012. El coche se encontraba estacionado en un aparcamiento al aire libre en la avenida de Finisterre de A Laracha. «Establecido un dispositivo de vigilancia en torno a la localidad de Carballo, agentes de la Guardia Civil pudieron constatar cómo el referido automóvil circulaba la madrugada del 29 por el Campo da Feira, conducido por el acusado Benjamín López Rojo, quien llevaba como acompañante en el asiento delantero al también acusado Pedro López Añón, además de a una tercera persona no identificada que ocupaba la parte trasera, no pudiendo darle el alto. El referido vehículo apareció abandonado en el lugar de O Sixto en la noche del día siguiente, pudiendo observar la fuerza policial, cómo por las proximidades circulaba a bordo de una moto Benjamín López Rojo, el cual carecía de permiso de conducir por no haberlo obtenido nunca». La palabra de los agentes, en este caso, pesó más que la de Japito, y fue condenado por el robo de vehículo y conducción sin carné a 4 meses de prisión.

Historial delictivo

Una pena más que añadir a su historial delictivo. Pero sus penas fueron refundidas y su abogado de toda la vida, el penalista Ramón Sierra, espera verlo en la calle en «muy pocos años». Fue este mismo letrado el que hace cuatro lo convenció para que se entregara. Llevaba meses siendo perseguido por la Guardia Civil y en abril del 2014 «negoció» su entrega. Y ahí sigue el español más veces condenado por conducción temeraria, en la cárcel de Teixeiro.

El hijo de Ramón López ya había sido detenido más de 100 veces antes de cumplir los 20

Es amplio el historial de delitos de Japito en Carballo. Esa trayectoria está condicionada probablemente por su entorno familiar, pues Benjamín López Lojo es hijo de Ramón López López, también delincuente habitual. Su hijo siguió también ese camino y no había cumplido los 20 años cuando ya había sido detenido más de un centenar de veces.

La lista de detenciones es extensa, pero no tiene delitos de sangre. Por suerte o por destreza de los agentes que se han tenido que resguardar en las cunetas por ponérsele delante. Lo suyo es el volante. Podría recorrer las carreteras de Bergantiños con los ojos vendados. Lo han perseguido en coche, a pie, en helicóptero y hasta en bicicleta.

Cuando un atracador buscaba un conductor, solía llamarlo a él. Por esa disposición se convirtió en el delincuente más veces castigado por conducción temeraria, y eso le ha pasado factura. Con motivo de su última condena apuntó el juez en el fallo: «A la distancia a la que ocurrieron los hechos no puede dudarse del reconocimiento [de Japito al volante del coche], máxime cuando el acusado es tan característico y conocido».