Aumenta el número de lugares de la zona que dependen de cisternas

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

En Carballo ya son 47 los núcleos con problemas de suministro de agua

28 nov 2017 . Actualizado a las 00:08 h.

A la lista de los lugares que tienen problemas con el abastecimiento de agua en Carballo se unió ayer el de Cambre, en la parroquia de Lema. Ya son 47 los núcleos a los que Protección Civil tiene que acudir con la cisterna, lo que significa que hay medio millar de viviendas a las que no llega el suministro habitual.

La lluvia del viernes no ha resuelto la sequía que cada día se agrava más en buena parte de la Costa da Morte. La situación se hace cada día más preocupante y en algunos concellos, como en el de Carballo, ya están pensando en lo que ocurrirá el próximo verano, porque hay manantiales que llevan tres meses secos y tiene que llover mucho para que consigan recuperarse.

Varios ayuntamientos están acometiendo obras urgentes para paliar una situación que nunca había sido tan grave. En el caso de Carballo, el camión hace hasta una docena de viajes al día, dependiendo de lo largos que sean los recorridos. El concejal de Obras, Luis Lamas, calcula que se están repartiendo por la zona rural casi 50.000 litros diarios.

Incluso hay colegios que dependen completamente de las cisternas, como el de Nétoma-Razo, en Carballo, o la escuela de Tallo, en Ponteceso. También hay muchas granjas y negocios de hostelería.

La sequía ya limita la producción de leche y de hortalizas en toda la comarca

La sequía ya tiene graves consecuencias económicas no solo para los concellos sino también para los particulares. En Bustelo, José Manuel García reconoce que se ve obligado a cortar el agua a las 20 vacas y los 10 terneros que tiene para que no se pasen el día bebiendo. Tiene suerte de que sea ganado para producción cárnica, que no precisa tanto líquido, y que las temperaturas hayan bajado, por lo que los animales no tiene tanta sed.

Muchísimo mayor es el problema de los ganaderos con vacas de leche. Un animal de este tipo puede llegar a beber 70 litros en una sola jornada y en Muxía hay explotaciones con pozos secos que tienen casi 300 animales. La bajada del suministro está haciendo que la producción se haya reducido y, si la situación se mantiene, las pérdidas pueden ser muy importantes.

Lo mismo ocurre con los horticultores. En la zona de Bustelo, una de las más afectadas de Coristanco, se concentran varias explotaciones punteras de agricultura integrada. Los riegos son ahora mucho más limitados, lo que ha ralentizado el crecimiento de verduras y hortalizas. Incluso hay invernaderos en los que la cosecha corre peligro, ya que los pozos y los manantiales no dan abasto.

Los mayores problemas los tienen los productores que carecen de depósitos, una instalación que hasta el momento no había sido necesaria y de la que carecen bastantes casas. En Tallo intentaron rellenar pozos sin éxito, puesto que el agua se filtraba. Además, fallan en muchos lugares los sistemas de bombeo porque no hay nivel suficiente para garantizar su funcionamiento.